La Provincia del Chubut atraviesa una crisis y un desgaste institucional sin precedentes. Es sabido del conflicto constante y sonante de los docentes y auxiliares de la educación, ya no en épocas de paritarias sino durante todo el año. Suceso, provocado nada más ni menos, que por la violación sistemática por parte del Estado Provincial que avasalla el derecho irrenunciable de un trabajador en cobrar su sueldo íntegramente.
Los trabajadores de la salud corren la misma suerte, trágica. Un profesional de vocación en el área de la Salud en medio de esta emergencia sanitaria va a trabajar sabiendo lastimosamente que, no sólo no va a cobrar su sueldo, sino que también lo hace sabiendo que el sistema de salud está quebrado y que los insumos nunca serán suficientes.
Es, en medio de la emergencia, que valoramos y reivindicamos las políticas públicas por parte de un Estado que deberían servir para subsanar toda contingencia social. Hoy, que corre peligro la vida de todos, es cuando nos damos cuenta del rol fundamental del Estado Proteccionista y Garantista de los Derechos Humanos –explica la abogada Cynthia Castro, en una nota de opinión-.
El futuro de una mejor sociedad educada, también corre peligro de vida. La falta de estabilidad y desarrollo de la educación pública, el desgaste que sufre el docente (y por decantación sus familias también) frente al aula y frente a un “patrón” que no paga, deslegitima frente a la sociedad el rol de éstos como formadores natos del ciudadano.
Cuidar a nuestros médicos y trabajadores de la salud, así como a los docentes y a los auxiliares de la educación, es responsabilidad de todos. Frente a los riesgos de la salud, no existen colores políticos ni ideología partidaria. Frente a la educación tampoco. El derecho a una educación y salud de calidad, en equidad e inclusiva debe ser indiscutible.
Otro pilar fundamental del Estado, que en estos días no pasa desapercibido, es la Policía del Chubut. Aclaro que los miembros de la Fuerza también son denigrados por el Gobierno Provincial que no sólo no les paga los sueldos, sino que ellos mismo tienen que abastecerse de su equipamiento. Frente a la emergencia, la presencia del Estado es fundamental pero el ejercicio de la autoridad debe tener límites y no, mal utilizarse a las fuerzas públicas para afectar derechos del ciudadano en el exceso de sus facultades.
Entonces, si la necesidad ciudadana de tener un Estado es para que nos garantice salud, educación y seguridad como pilares básicos, mínimos y fundamentales y, esto no se cumple, entonces el Estado está de más. Si la gerencia del Estado a través de nuestros políticos sólo se encarga de ocupar puestos y cobrar impuestos entonces estamos subvencionando parásitos. Por eso preguntémonos para qué queremos un Estado, que no sólo está para agigantar su planta política, sino además, genera un déficit en la salud, educación y seguridad.
Es por esto que es responsabilidad de todos, el estado crítico de la Provincia del Chubut. El Estado Provincial falla y no es una nueva problemática, viene fallando desde hace varios años. La forma en que se ha gerenciado la administración pública no sirve y debe abolirse con el objetivo de refundar y dar paso a una forma inteligente de gobernanza. Inteligente digo, al menos no hacerse el zonzo o zonza con lo obvio.
Obviedad, es para todos que la provincia está quebrada. Entonces la pregunta es de dónde se pueden sacar los recursos económicos. Por lo pronto, en lo inmediato, para una reestructuración inteligente que garantice la gobernanza es imprescindible el diálogo. Nuestros políticos, como gerentes frente a la administración pública no son estrellas, aunque tengan vocaciones artísticas, son empleados de esta Provincia y por ende tienen el deber de dialogar con todos los sectores.
La reestructuración que estoy planteando se debe comenzar con un verdadero saneamiento administrativo del Estado. Con un fuerte sinceramiento hacia los gremios estatales y sentar las bases de reglas claras que reorganice la labor de los trabajadores y trabajadoras de la administración pública en general, incluyendo los que están vinculados a la Salud, la Educación y la Seguridad. A su vez, el Estado tiene que tener como contrapartida, una nueva visión de la matriz productiva de la provincia, y esto involucra a todos los sectores.
Sindicatos, empresarios y entidades asociativas que contengan trabajadores del sector cooperativo. Por último, la reestructuración del Estado implica empezar a achicar la planta política en cargos superfluos que existen en todos los poderes del Estado.
Para concluir, la reestructuración que planteo involucra, en principio, un sinceramiento consciente y honesto por parte de todos. Ya que un Gobierno verdaderamente popular y con la mirada puesta en el ciudadano tiene que tener bien en claro que los derechos humanos fundamentales ya fueron conquistados y están para ser aplicados, publicó El Comodorense.