Los testeos rápidos de coronavirus -que se usan para detectar personas que hayan transitado la enfermedad sin haber sido diagnosticadas- quedaron en el centro de la polémica, luego de que en las últimas horas se cuestionara su efectividad. Desde el Gobierno aseguraron que cumplen con la función esperada: sumar detalles para una investigación epidemiológica. Además, aclararon que estas pruebas para la detección de anticuerpos, que trajeron de China y empezaron a realizarse en Retiro, Constitución y Once, fueron donadas.
Las dudas sobre la sensibilidad de los testeos surgieron luego de que hicieran 1.200 pruebas rápidas y solo ocho personas dieran positivo. Desde el Ministerio de Salud precisaron que antes de planificar el estudio basado en los test donados «se le pidió la validación al CONICET y al Ministerio de Ciencia y Tecnología».
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«Allí en la devolución nos dijeron que en la IgM (inmunoglobulina M) la sensibilidad es baja y recomendaban no usarla y en la IgG (inmonuglobulina G) tiene un promedio de 80% de sensibilidad y que recomendaban observar bien específicamente al ser tenue para evaluar el positivo. Con esa información diseñamos el estudio que hicimos. No se usó la IgM, y se entrenó al personal para que observen la tira respecto a lo tenue», sumaron desde la cartera de Salud.
Y agregaron, en referencia a la eficacia de las pruebas, que «a nivel mundial se sabe que ningún test tiene 100 por ciento de sensibilidad y especificidad».
En la misma línea, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, publicó su opinión en Twitter: «Las tiras reactivas (conocidas como test rápidos) usadas por @msalnacion en las estaciones de Constitución, Retiro y Once son adecuadas para hacer estudios epidemiológicos. Tienen una sensibilidad de 80%, siendo de las mejores que testeamos en el país para detectar IgG».
Según explicó a Clarín Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, existen dos tipos de anticuerpos principales que se pueden analizar a partir de los test rápidos: los IgM, que son los que aparecen a los dos o tres días de manifestarse la enfermedad; y los IgG que se desarrollan en forma más tardía y duran muchos años o toda la vida.
Dice no tener registro de estudios que midan el IgM pero que sí sabe de la existencia de otros test rápidos un poco más sensibles en relación al IgG. «No es lo ideal que se te escapen dos casos de diez. La sensibilidad es un poquito baja. Sin embargo, no debe olvidarse que el objetivo de este estudio no es la detección de casos de enfermedad actual sino establecer el nivel de la circulación viral en la comunidad», señala el infectólogo del Hospital Muñiz.
«Siempre supimos que no servían para diagnóstico (para eso están los hisopados mediante la técnica de PCR) y que, en realidad, eran para hacer una investigación epidemiológica. Además, ningún test rápido tiene 100% de sensibilidad», agregaron fuentes de Casa Rosada.
En total, la cartera de Salud cuenta con 170.000 tests rápidos de la firma china Zhuhai Livzon Diagnostics. Esta no es la primera polémica con estos kits. El Consejo de Investigaciones Médicas de la India canceló en los últimos días una compra importante que había hecho por considerarlos de «mala calidad» y por tener un «precio excesivo».
La diputada de Juntos por el Cambio, Graciela Ocaña, presentó un pedido de informes al Gobierno para que brinde detalles sobre las donaciones de los test frente a la sospecha de que no funcionarían para detectar el virus. “Esta situación nos preocupa sobremanera porque tememos que no sean los únicos test que se usan en Argentina que tienen fiabilidad menor al 80%”, dijo Ocaña.
En el escrito pide conocer cómo fue el proceso de compra por parte de la empresa Petroquímica Cuyo, si la realizó con la aprobación previa del Ministerio de Salud y si la importación generó gastos al Estado. “Es menester resaltar que los test fueron aprobados por el ANMAT con posterioridad a la donación, situación que también nos sorprende y hace dudar”, indicó la diputada. Y advirtió: “La falla en estos test y su utilización podría hacer subestimar epidemiológicamente la circulación del virus en la población, y produciría una toma de decisiones erróneas por parte del Gobierno”.
En el caso argentino, y ante la consulta de este diario sobre la elección de esos kits y no otros o la utilización del dinero que implicó esa adquisición para otros fines, el Gobierno sostuvo que «se donaron los tests y no dinero y que esa fue la decisión de la empresa que los puso a disposición en el marco de la emergencia».
«Anmat no aprobó el test para comercializar, pero sí para este estudio en particular. Lo que nosotros vamos a tener es una foto de las personas que tienen anticuerpos positivos en Argentina, sabiendo que si la sensibilidad es del 80%, puede haber un 20% más y este dato lo tuvimos en cuenta. Es incorrecto decir que los test son defectuosos, porque decir eso significa decir que no cumple con lo que promete y esto no es así», concluyeron desde el Ministerio de Salud.
Para qué se usan
Estos test forman parte del operativo de Estudio de Vigilancia Covid-19 para la evaluación de personas con serología positiva para el virus SARS-CoV-2, que comenzó el mes pasado, luego de recibir la donación desde China.
El 24 de abril se realizaron 400 test en la estación de Constitución y todos dieron negativo; el 29 de abril se hizo entre 431 personas en la estación de Retiro, con un positivo; y al día siguiente se realizaron 420 en la estación de Once, con siete positivos.
El estudio de vigilancia sanitaria de coronavirus está destinado a personas voluntarias, mayores de 18 años, pero sin síntomas ni que los hayan tenido en los últimos 20 días o más.