El diputado Esteban Paulón afirmó que la actitud del oficialismo durante la sesión de Presupuesto derivó en una derrota legislativa que hiere sus objetivos fiscales.
En declaraciones a Radio Rivadavia, el diputado nacional Esteban Paulón analizó con dureza el resultado de la reciente sesión del Congreso donde se trató el Presupuesto 2026. Según su visión, el Gobierno y el bloque oficialista en el Congreso, «pecaron de exceso de confianza» tras los resultados electorales, creyendo que el fortalecimiento de su bloque les otorgaba un aval para imponer sus proyectos sin diálogo. Esta actitud de «ir por todo», señaló Paulón, derivó finalmente en la caída de artículos clave y en una derrota legislativa que perjudica los objetivos fiscales del Ejecutivo.
Una estrategia que minó el diálogo y despertó el rechazo
Para el legislador, el malestar estalló por decisiones tácticas del oficialismo que consideró erróneas. Paulón criticó que se prefiriera votar capítulos cerrados en lugar de artículos individuales, una estrategia que terminó por voltear medidas que incluso contaban con cierto consenso.
El punto de quiebre llegó con la inclusión a último momento del polémico artículo 75, que afectaba el financiamiento de la discapacidad y las universidades. Paulón calificó esta maniobra como una «mojada de oreja al Congreso» y sentenció: «cuando vos apostás a todo o nada, podés irte con todo, pero también podés irte con nada», en referencia a la posterior caída del capítulo 11 del proyecto.
Consecuencias en el Presupuesto y una crítica al estilo de gobierno
La principal consecuencia de este proceso, según Paulón, es que «el presupuesto queda ahora un poco herido en su objetivo de superávit fiscal». Extendió su análisis al tratamiento de la reforma laboral, cuyo análisis inició en el Senado, y cuestionó: «Si vos tratás a libro cerrado un proyecto que ni siquiera se elaboró en el Congreso porque viene del Ejecutivo, generás mucha molestia incluso entre los propios». Paulón consideró que el gobierno subestima sistemáticamente el rol del Poder Legislativo y centraliza todas las decisiones en la Casa Rosada. Esta forma de gobernar, argumentó, debilita la calidad institucional, ya que «cualquier ley, por muy buena que sea, si vos la aprobás con fórceps, es de difícil aplicación».
Finalmente, el diputado destacó una discrepancia técnica crucial: mientras el Gobierno estimaba que las leyes rechazadas representaban un 1,8% del PBI, la Oficina de Presupuesto del Congreso calculaba un impacto de apenas 0,4%. Para Paulón, el problema no es solo de números, sino de una «obsesión» por no permitir que el Congreso marque la cancha, ni siquiera en temas sensibles que causan angustia en muchas familias argentinas. Informo el medio Noticias Argentinas.




