El jefe de Gobierno porteño anunció la prohibición de los fuegos artificiales con estruendo para proteger a personas sensibles y animales. La medida responde a reclamos vecinales recurrentes y se aplicará en todos los barrios.
En un anuncio con impacto directo en las celebraciones de fin de año, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, estableció la prohibición del uso de pirotecnia sonora en todo el territorio porteño. La decisión, comunicada a través de un posteo en su cuenta de la red social X, busca proteger especialmente a grupos vulnerables y al medio ambiente.
La medida: por la salud de los más sensibles y los animales
La Agencia Noticias Argentinas tuvo acceso al anuncio oficial, en el que Macri fue contundente: «Prohibimos el uso de pirotecnia con efecto audible en toda la Ciudad». El jefe de Gobierno fundamentó la medida en los graves efectos que los estruendos provocan.
«Los estruendos afectan la salud de personas mayores, personas con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y bebés. Además, provoca daños a los animales y al ecosistema», explicó Macri en su publicación. De esta manera, la normativa apunta a garantizar un entorno más seguro y menos estresante durante las fiestas para quienes son más sensibles al ruido intenso.
Una respuesta a los reclamos ciudadanos
La prohibición no surge únicamente de una decisión de gobierno, sino que también responde a una demanda social. El propio Macri indicó que «esta decisión también responde a un pedido que escuchamos de forma recurrente en las reuniones de vecinos». Esto refleja una tendencia creciente en diversos municipios del país, donde se busca reemplazar la pirotecnia tradicional por espectáculos de luces sin sonido, más inclusivos y menos contaminantes.
Con esta medida, la Ciudad de Buenos Aires se suma a la lista de jurisdicciones que avanzan hacia la regulación o prohibición de la pirotecnia sonora, promoviendo una celebración de las fiestas que priorice el bienestar comunitario y la convivencia. Informo el medio Noticias Argentinas.




