Como contracara, muchos son los casos en los que esos mismos destinatarios de los aplausos nocturnos son discriminados en los lugares donde viven por quienes los consideran potenciales portadores ambulantes del Covid-19. Esa disparidad de impresiones genera una carga psicológica adicional que se transforma en una pesada mochila para cargar día a día durante extenuantes jornadas de labor en las que muchas veces la pelea es entre la vida y la muerte.
“La salud mental del personal sanitario se encuentra muy demandada durante una pandemia. El riesgo de infección va en paralelo con el riesgo de desarrollo de malestares psíquicos mientras cumplen su tarea de cuidar a los afectados”, expresó el doctor Marcelo Cetkovich, director del Departamento de Psiquiatría de INECO (Instituto de Neurología Cognitiva).
El Dr. Cetkovich tenía previsto visitar la Provincia de Chubut en el marco de un ciclo de charlas promovidas por Pan American Energy (PAE) como parte de su trabajo de Responsabilidad Social Empresaria, pero a raíz de la pandemia y del aislamiento social preventivo y obligatorio impuesto en todo el país, la empresa readecuó sus actividades previstas para el primer semestre del año. Es así que distintos profesionales de INECO encabezarán una serie de columnas con consejos para atravesar de la mejor manera este momento que nos toca.
“La salud mental de los trabajadores sanitarios durante la pandemia”, es la segunda de esta serie:
“Los trabajadores sanitarios necesitan, más que aplausos, poder acompañarlos y ser conscientes del enorme trabajo que están haciendo y que comprendamos lo difícil que es su trabajo”, advirtió el especialista.
Si a cualquier persona el aislamiento le genera ansiedad, irritabilidad, depresión e insomnio, al personal de la salud se le suman preocupaciones como “la exposición propia al virus, es decir el riesgo de enfermarse uno mismo; el riesgo de que se enfermen los compañeros de trabajo; y el temor de llevar el virus a la casa».
“Las personas que están lidiando con el virus tienen un nivel de tensión que se va complicando a medida que aumenta la demanda. Médicos, camilleros, radiólogos y kinesiólogos enfrentan mucha demanda, mucho estrés y una cuota elevada de frustración, como ocurre cada vez que no pueden salvar a una persona”, detalló el doctor Cetkovich.
El estrés post-traumático
Una encuesta on-line sobre médicos de staff que actuaron en China durante la pandemia de coronavirus mostró que el 50.7% desarrollaron depresión; 44.7%, ansiedad, 36.1%, insomnio, y 73.4%, síntomas vinculados al estrés. Y dentro de este último punto, el que aparece como más preocupante para los especialistas es el denominado “estrés post-traumático”.
“Es una respuesta psicobiológica compleja que surge en los seres humanos cuando afrontan riesgos propios o en otros, como puede ser la muerte, la violencia física o sexual, las amenazas. Es un síndrome que afecta a las emociones, el funcionamiento y la cognición, y produce muchísimo malestar», explicó el doctor Cetkovich.
“El estrés post traumático –agregó- genera conductas de evitar todo aquello que les recuerde el trauma ocurrido, con reacciones desmesuradas ante cosas que recuerdan el trauma. Por otro lado, hay un estado emocional de mucha reactividad, en el que con frecuencia las personas se ponen irritables y esto viene acompañado de sentimientos de culpa”.
El doctor Cetkovich recordó que Covid-19 “viene precedido por una ola de pánico, temor y ansiedad”, y este combo en el personal de la salud “es muy marcado y lo que más importa es cómo va a reaccionar”.
Advirtió que además “genera mucha ansiedad la falta de elementos de protección y de apoyo logístico, porque no contar con respiradores laringoscópicos para intubar ni los elementos adecuados es de las situaciones que más estrés generan”.
El acompañamiento afectivo
A la hora de señalar las herramientas necesarias por los trabajadores sanitarios al momento de hacer frente a su situación personal durante la pandemia, el especialista citó en primer lugar al “acompañamiento afectivo, que tiene que ver con valorar el trabajo que se está haciendo”. «En segundo lugar, ayudarlos a que puedan distenderse, desahogarse.
Si yo tuviera un familiar médico o enfermero, cuando vuelve del trabajo no le preguntaría cómo fue todo, cuántos casos hubo, no haría ese tipo de interrogatorio. Pero sí le dejaría claro que puede contar conmigo, que estoy listo para escucharlo, pero no hay que dar consejos, sino reconocer y validar en caso de que esa persona quiera desahogarse», explicó.
Recomendó además prácticas de bienestar como la actividad física, relajación, y tratar de ordenar el sueño, y sugirió “evitar estar conectados con las noticias, porque eso no es nuevo”. “Contar muertos o infectados es un dato importante para las autoridades sanitarias, pero no es relevante para nosotros, porque nuestra conducta no va a cambiar y debe ser siempre la misma, mantener el aislamiento y lo que recomiendan las autoridades. Y tenemos que dejar tiempo para el entretenimiento y la familia”, destacó.
El doctor Cetkovich cuestionó a los que discriminan y estigmatizan a quienes trabajan en salud y remarcó que “el personal de salud sabe qué hacer y lo que menos quiere es propagar el virus”.
“Los trabajadores sanitarios necesitan algo más que aplausos. Debemos ser conscientes del trabajo que están haciendo, saber acompañarlos y apoyarlos, y valorar que ellos nos están cuidando en la primera línea de batalla contra el virus”, concluyó.