Estados Unidos alcanzó este miércoles la cifra de 1.999.313 casos confirmados de COVID-19 y la de 112.833 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del jueves) es de 25.510 contagios más que el martes y de 1.082 nuevas muertes.
Al menos 533.504 personas han superado la enfermedad a fecha de este miércoles.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 380.156 casos confirmados y 30.500 fallecidos, una cifra solo por debajo del Reino Unido, Brasil e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 21.960 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 165.346 casos confirmados y 12.377 fallecidos, Massachusetts con 104.156 contagios y 7.454 decesos e Illinois, que ha reportado 129.837 positivos por coronavirus y 6.095 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Pensilvania con 6.062, Michigan con 5.955, California con 4.779 o Connecticut, con 4.120.
El foco de la pandemia se ha desplazado ahora a California, que en las últimas 24 horas ha sumado 4.347 nuevos contagios, más que ningún otro estado, para un total de 139.151 casos.
El balance provisional de fallecidos -112.833- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente Donald Trump rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para inicios de agosto habrá dejado más de 145.000 muertes en Estados Unidos.