El organismo de una persona que haya contraído el covid-19 podría continuar transmitiendo el coronavirus SARS-CoV-2 hasta 90 días después de la infección, advirtió este martes Anna Popova, directora del Servicio Federal de Rusia para la Supervisión de la Protección y el Bienestar del Consumidor (Rospotrebnadzor).
La jefa del organismo precisó, además, que la transmisión del patógeno podría ocurrir durante ese periodo incluso si la persona ya no manifiesta síntomas de la enfermedad.
«Nuestras observaciones actualmente [indican] hasta 48 días, mientras que en el extranjero existen [observaciones] hasta de 90 días», detalló Popova durante una sesión del comité ejecutivo de la Academia de las Ciencias de Rusia, según citan medios locales.
«Una persona que ya no presenta síntomas, que se siente perfectamente y que tiene una sangre con todos los indicadores perfectos, sin embargo emite el virus desde la nariz», añadió.
Sin embargo, Popova no especificó cuáles son las probabilidades de que esa persona pueda infectar a los demás.
Paralelamente, indicó que a día de hoy los datos sobre el coronavirus no son suficientes y todavía no se conocen su patogénesis (el mecanismo del origen y evolución de la enfermedad), ni su mecanismo de impacto, sus consecuencias a largo plazo, la duración de la inmunidad o el nivel de inmunidad que garantiza la protección al virus.
Asimismo, destacó que El Centro Estatal Ruso Véktor de Investigación en Virología y Biotecnología no ha registrado mutaciones significativas del coronavirus tras estudiar 422 muestras.
«Cualquier cambio en el coronavirus puede llevar a la pérdida del control sobre este virus», ha comentado Popova. «Hoy en día, Véktor tiene 422 muestras aisladas de genoma completo, algunas de ellos representadas en una base de datos internacional. Hasta la fecha, no se han encontrado cambios significativos en el genoma», ha subrayado.
Según la jefa de Rospotrebnadzor, los expertos no han encontrado mutaciones que «puedan conducir a cambios en el potencial epidemiológico» del coronavirus.
La variante G del virus, «que tiene ciertas mutaciones», es la más extendida, recuerda Popova. «Suponemos que la mutación particular D615G en el gen S condiciona la aceleración de la transmisión del virus de persona a persona», destaca la experta, si bien recuerda que «hasta ahora es una suposición».