Hace diez años, el arquitecto Cuni Flores viajó a Cholila para conocer este terreno, tras la sugerencia de un amigo. «En el mismísimo momento en que me paré en el peñasco, ‘vi’ la casa. Con frente transparente y plantada directamente sobre la piedra», asegura sobre su refugio frente al lago Mosquito donde cada año se instala entre diciembre y marzo. A diez kilómetros del Parque Nacional Los Alerces, Flores conjugó la arquitectura con el paisaje a través de un diseño contemporáneo de estética nórdica, con ideas que tomó durante un viaje por Suecia y Noruega que lo dejó impactado.
Un gran distribuidor semicubierto conecta la casa principal con una pequeña para huéspedes, que el arquitecto se desafió a resolver en 20m2. Ambas comparten esta terraza, que se suele usar como desayunador disfrutando de la salida del sol.
Simple, funcional y acogedora, la casa «de sus sueños» está pensada para recibir familiares y amigos en Cholila. «No hay persona que no se quede fascinada; que no me diga que se siente como si hubiera venido a un spa», dice satisfecho para La Nación. ¡Spa! Entre las versiones sobre el origen de la palabra, la que reúne más consenso es la que la liga al balneario belga de ese nombre. Otra, linda pero menos chequeada, asegura que se trata de una sigla: salus per aquam. Nos quedamos con esa. Salud (de cuerpo y alma) a través del agua.
El interior se pensó como un espacio homogéneo e integrado, en el que priman la simpleza y los colores neutros, para que el protagonismo se lo lleve el paisaje. Las únicas ventanas que no son de madera son las de abrir, que se hicieron de PVC, pero se revistieron en madera para mimetizarlas con el resto.
La casa está construida íntegramente en madera. Hacia fuera, el revestimiento es de ciprés, típico de la zona. Para adentro, el dueño eligió usar álamo, que es luminoso, envejece bien y no tiene nudos.
En la cocina, se evitaron los bajomesadas estandarizados y se eligieron puertas de chapa plegada, que Cuni mandó a hacer a un herrero. La cajonera colorida hace juego con los pocos adornos.
La diferencia de nivel del peñasco sirvió para que el dormitorio tuviera menos altura que el living, y lograra, así, una escala más íntima.