Tanto el Hospital zonal de Trelew como la Cooperativa de la ciudad, se lavaron las manos y en consecuencia el cadáver tuvo que permanecer tirado en el suelo de la vivienda 12 horas. Como si fuera poco, hasta le hicieron colocar el cuerpo dentro de la bolsa mortuoria a los mismos familiares.
La familia del fallecido Victor Magallanes tuvo que vivir una verdadera pesadilla el pasado domingo a la noche, cuando además de tener que soportar el duelo tuvieron que lidiar con la indiferencia del Hospital Zonal y la cooperativa de la ciudad, quienes se rehusaban a llevarse el cadáver del domicilio.
Los primeros en llegar fueron el personal médico del hospital quienes tardaron 1 hora en llegar, desde que recibieron el llamado por parte de Elida, la esposa de Magallanes advirtiendo desesperada que su marido estaba sufriendo un infarto.
Los empleados de salud le dijeron a la mujer cuando arribaron al lugar de que el hombre ya estaba muerto y que no podían llevarse el cadáver, por lo que únicamente se limitaron a verificar el fallecimiento y se fueron dejando al difunto en el suelo. Ni siquiera le hicieron el certificado de defunción.
Posteriormente llegó un vehículo de la policía al lugar a tomarle los datos a la familia. Estos ante el desconsuelo de la esposa se ofrecieron a confeccionar el certificado de defunción, así que se fueron y al rato regresaron al domicilio a entregarle dicho instrumento legal… Pero estaba mal hecho. Por lo tanto la mujer tuvo que acercarse al hospital para que lo vuelvan a hacer.
Ya habían pasado unas 4 horas aproximadamente del deceso y el cadáver todavía seguía en la vivienda, por lo que llamaron al servicio de sepelio de la cooperativa de Trelew y éstos le indicaron a la esposa del difunto que tenía que acercarse a las oficinas.
La viuda llega a la administración del servicio de sepelio y el empleado de turno, le informó que tampoco podían retirar el cuerpo porque éste debía estar en la bolsa mortuoria correspondiente, tarea que según ellos tendría que haber sido responsabilidad de los médicos del hospital.
La mujer consigue que el organismo le facilite una de esas bolsas y aunque parezca mentira el servicio de sepelio hasta se negó a embolsar el cuerpo, por lo tanto la mujer debió retornar a su hogar nuevamente a iniciar esa espantosa tarea junto al resto de los deudos.
Ya nuevamente en su domicilio, en medio del profundo dolor, Elida junto a sus hijos y con la ayuda de una amiga de la familia tuvieron que emprender con la fatídica labor, que finalizó en horas del alba.
Ya el sol estaba en todo su esplendor iluminando un nuevo día de lunes, pero para la familia la pesadilla aún no terminaba… Quedaba llamar nuevamente al servicio de sepelio para que vayan a buscar de una buena vez el cadáver y después de reiterados llamados sin respuesta, se dignaron finalmente a contestar.
Ahora aparecía una nueva excusa: No habían medios por el momento disponibles para transportar al cadáver a su morada de descanso.
10:30 de la mañana se cumplieron 12 horas de que el cuerpo yacía tirado en el suelo, y fue el momento en que finalmente los empleados del servicio de sepelio de la cooperativa se acercaron a la vivienda de los deudos para retirar el cadáver.
Sin dudas, todo éste trajín debe haber significado para los familiares de Victor la experiencia más traumática de sus vidas, por culpa de la indiferencia y falta de humanidad demostrada tanto por el hospital zonal como por el servicio fúnebre de la cooperativa de Trelew, quienes verdaderamente convirtieron el futuro del difunto en un verdadero juego de la “bomba loca”, responsabilizándose entre sí y olvidándose completamente del respeto que se merece la familia que tiene que atravesar circunstancias tan difíciles como éstas.
Un dato de color: Victor había sido diagnosticado de Covid-19 hacía una semana antes de su fallecimiento, y le dijeron desde el hospital que lo iban a estar llamando para monitorear el transcurso de la enfermedad… jamás cumplieron con esa promesa mientras el hombre vivía ni se preocuparon por él, el único llamado que realizó el hospital para saber de él fue atendido por Elida, después de colocar el cuerpo de su marido en la bolsa mortuoria.