El Gobierno argentino mantiene negociaciones con cinco de los diez productores de vacunas candidatas contra el coronavirus que se encuentran en fase 3, última etapa de los estudios clínicos, lo que permitiría conseguir millones de dosis a partir de diciembre que se podrán aplicar en cuanto sean aprobadas por las entidades regulatorias.
Estas dosis se sumarían a las más de 9 millones que se obtendrán a través del Covax (mecanismo de compra colectiva impulsado por la OMS) que llegarían a fines de febrero.
Se trata de las vacunas de AstraZeneca, Pfizer, Sinopharm, Janssen y del Instituto de Investigación Gamaleya (Sputnik V), tres de las cuales realizan estudios clínicos en el país.
En el mundo se han desarrollado hasta la actualidad 219 vacunas candidatas, de las cuales casi 40 ya se están probando en humanos (fase clínica) y diez están en la última etapa de prueba, lo que significa que han superado las fases anteriores demostrando niveles aceptables de seguridad (no provocaron efectos adversos graves) y de generación de anticuerpos.
En la fase 3 los estudios contemplan a un número mayor de pacientes y buscan comparar la cantidad de personas que tuvieron Covid-19 entre quienes recibieron la vacuna y los que recibieron placebo, además de seguir controlando anticuerpos y seguridad.
El viernes el Gobierno promulgó la Ley de Vacunas Destinadas a Generar Inmunidad contra Covid-19 (27.573) que, según explicó el ministro de Salud, Ginés González García, era una «herramienta necesaria» para avanzar en los contratos con las diferentes compañías y un requisito del Covax.
Esta semana el ministro dejó en claro que «ninguna vacuna se va a aplicar hasta tanto no esté aprobada por las entidades regulatorias» y que la vacunación será gratuita pero no obligatoria.
La vacuna de AstraZeneca
La empresa farmacéutica AstraZeneca anunció la firma de un acuerdo con el Gobierno argentino para suministrar más de 22 millones de dosis de su vacuna; en tanto que se espera que en los próximo días avancen las negociaciones con el Gobierno ruso y las otras compañías productoras.
Tres de las vacunas candidatas (entre ellas la de AstraZeneca) utilizan vectores, que son virus que no tienen capacidad de reproducirse en el organismo (y por tanto inocuos) y se usan para transportar material genético del virus del que se quiere inmunizar.
En este caso las tres candidatas utilizan como vector adenovirus, que es un virus que causa resfríos leves, y lo que hacen es «insertar» en él una parte de la proteína espiga del coronavirus, que es la que le da la forma de corona. Al ingresar en el organismo, el sistema inmunológico «detecta» esa parte del virus y genera anticuerpos.
La vacuna de AstraZeneca fue desarrollada por la Universidad de Oxford y que utiliza adenovirus de chimpancé modificado genéticamente; son dos dosis de aplicación intramuscular con una diferencia de 28 días.
Desde junio se encuentra en fase 3 con pruebas en más de 10 mil voluntarios en el Reino Unido, 5 mil voluntarios en Brasil, 30 mil en Estados Unidos y también en Sudáfrica y Kenia. El ensayo clínico tuvo una suspensión temporaria en septiembre pero se reanudó.
En el país, la empresa mAbxience, del Grupo Insud, anunció en agosto pasado que producirá en su planta de la localidad bonaerense de Garín entre 150 y 250 millones de dosis del principio activo, y ese momento se indicó que la vacuna costaría entre 3 y 4 dólares.
Según lo informado, Argentina recibirá 22 millones de dosis que comenzarán a llegar al país durante el primer semestre de 2021.
Sputnik V
La otra vacuna de vector viral es la Sputnik V, desarrollada por el Instituto de Investigación Gamaleya de Rusia; es la única que utiliza dos adenovirus humanos como vectores, uno diferente en cada dosis que se dan intramuscularmente con diferencia de 21 días.
La vacuna fue registrada por el Gobierno ruso en agosto y se encuentra en fase 3 con pruebas en más de 40.000 voluntarios en Rusia, pero también se anunciaron ensayos clínicos en los Emiratos Árabes Unidos, India, Venezuela y Bielorrusia.
Argentina recibiría 25 millones de dosis, de las cuales 10 podrían llegar en diciembre a un precio estimado de 19,95 dólares.
Janssen, de Johnson & Johnson
La tercera de este tipo es la de Janssen, la compañía farmacéutica de Johnson & Johnson (Estados Unidos), que utiliza un adenovirus humano y se administra en una sola dosis intramuscular.
Se encuentra en fase 3 desde septiembre con 60 mil voluntarios de Colombia, Brasil, Chile, México, Perú, Sudáfrica, Estados Unidos y Argentina; en octubre el ensayo clínico tuvo una suspensión temporaria pero se reanudó y a nivel local comenzó esta semana.
El Gobierno argentino mantiene conversaciones con la compañía aunque hasta el momento no hay información sobre la cantidad de dosis ni cuándo las entregaría, pero se conoce que el precio rondaría los 37 dólares.
Los adenovirus humanos -como los de las vacunas de Janssen y la Sputnik- se utilizan en otras vacunas como la del ébola.
La vacuna de Pfizer
La cuarta candidata es la de Pfizer (Estados Unidos) y BioNTech (alemana) y se trata de una vacuna que utiliza una tecnología innovadora denominada ARN mensajero que se aplica en dos dosis vía intramuscular, la segunda 28 días después de la primera.
Este tipo de vacunas utilizan directamente el código genético de una proteína viral (en este caso se utiliza la proteína espiga) y al ingresar al organismo las células «producen» esta proteína y al reconocerla se activa el sistema inmunológico; hasta el momento no hay vacunas que utilicen esta tecnología y requiere de una conservación a menos 80 grados.
El estudio comenzó su fase 3 en julio y se prueba en 30 mil voluntarios en Brasil, Estados Unidos y Alemania, además de en la Argentina, donde el ensayo es realizado en el Hospital Militar y coordinado por el investigador Fernando Polack de la Fundación Infant.
Argentina recibiría en principio tres millones de dosis en diciembre a un precio de 19 dólares.
Sinopharm, de China
Finalmente, el Gobierno también mantuvo contactos por la vacuna desarrollada por el grupo Sinopharm (China), aunque estas negociaciones son las que se encuentran menos avanzadas.
Se trata de una de las vacunas de China que utiliza virus inactivado, una versión muerta del germen que no produce enfermedad pero genera anticuerpos y que ya se utiliza en varias vacunas como las de la gripe, hepatitis A, polio y la rabia.
Se encuentra en fase 3 con diversos estudios en Emiratos Árabes Unidos, con 45 mil voluntarios; Baréin, con 6 mil; Perú 6 mil, y en Marruecos, Pakistán, Serbia y Jordania. En Argentina es probada en la Fundación Huésped.
En China la vacuna tiene ya una autorización provisoria y fue aplicada a más de 300 mil personas.
Hasta el momento no hay información sobre cuántas dosis, cuándo ni a qué precio se ofrecería a la Argentina.