El 11 de mayo de 2017 fue el peor día en la vida de Juan Pablo Giménez. Viajaba con 4 compañeros de la UOCRA cuando la camioneta volcó en ruta 3, entre Piedra Buena y Puerto San Julián. Uno de los ocupantes murió y él sufrió fracturas múltiples que lo dejaron imposibilitado para trabajar el resto de su vida.
Los cinco dirigentes iban en comisión, enviados por Mateo Suárez, a una obra en Puerto Madryn. Partieron de Río Gallegos a la tarde, pero nunca llegaron a Chubut. “Nos llevaban a 190 kilómetros por hora, haciendo picada, una locura”, recordó Juan Pablo Giménez en diálogo con La Opinión Austral.
Alejandro Guaymas murió en el acto, cerca de las 20:30 horas, sobre la ruta 3, a unos 40 kilómetros al norte de Piedra Buena. José Romero, el conductor que según Giménez venía corriendo una carrera con otros vehículos, Víctor Mickel y Osvaldo Luna fueron trasladados al hospital de esa localidad con lesiones leves.
Pero, Giménez quedó con fracturas en la cadera, fémur, muñeca, 6 costillas y omóplato y tuvo luxaciones múltiples, contusión pulmonar y traumatismo de cráneo. A la madrugada llegó al Hospital Regional de Río Gallegos y quedó internado en coma farmacológico en terapia intensiva. Él no se acuerda de nada.
Tardó más de dos años en recuperarse y poder caminar de manera normal. El 29 de julio pasado le dieron el alta definitiva y recién pudo regresar de Buenos Aires a Río Gallegos en el vuelo de Aerolíneas del 14 de noviembre.
Del Hospital de Río Gallegos fue trasladado en avión sanitario del Gobierno de la provincia de Santa Cruz y fue derivado al Sanatorio de la Providencia de Capital Federal, gracias a que contaba con obra social porque estaba en blanco en la empresa ESUCO, aunque afectado a tareas gremiales por Convenio Colectivo de Trabajo.
En Buenos Aires estuvo internado en UTI más de un mes hasta que pudo salir para seguir el tratamiento ambulatorio. Pero ya no era el mismo. Todo ese tiempo estuvo pidiendo ayuda a los dirigentes de la UOCRA que lo habían enviado a Puerto Madryn arriba de la camioneta Hilux, pero siempre obtuvo promesas. “Ya vamos a ver, dice siempre Mateo Suárez, y nunca pasó nada”, se lamenta Giménez ante La Opinión Austral.
Quedó con una prótesis en el fémur, dos hijos de 13 y 15 años, una nieta de 4 meses a su cargo y sin posibilidad de conseguir cómo ganarse el pan.“No puedo trabajar más y Mateo Suárez y Laki Quinteros me dejaron tirado”, denuncia la violación a un acuerdo implícito. “Yo estoy en la UOCRA desde 2012, de la época de Carlos García, y cuando me accidenté se olvidaron de mí. Ahora mis hijos toman mate cocido”, confiesa.
La Opinión Austral consultó a la UOCRA por la denuncia que Giménez prometió llevar ala Justicia y allegados a Damián «Laki» Quinteros dijeron «lamentar» los dichos del hombre accidentado y se limitaron a afirmar que pondrán abogados para solucionar el asunto