El letrado cree que por ser del cercano entorno del procurador General Jorge Miquelarena y amigo de Massoni, el polémico ministro de Seguridad de la provincia tiene licencia para decir cualquier cosa y en un pasquín al que no pocos califican como farsante, embustero o ideólogo de operaciones.
Allí, en el diario Jornada; Castro descalificó a los magistrados que le fallaron en contra al fiscal Osvaldo Heiber en la causa que le quisieron “armar” al periodista Darío Fernández, de Cholila Online y ahora considera que la resolución de los ministros de la Corte provincial Mario Vivas y Alejandro Panizzi es “lamentable” y “muy cuestionable”.
Lo que no dice Castro es que lo que denunció su clienta (la ex mujer de Fernández) no pudo ser probado; que hasta en la pericia ginecológica se descartó la violación o abuso sexual con el que pretendieron ensuciar a Darío Fernández. Entonces, señor Castro: ¿de qué apertura de investigación habla?
Si a usted lo denunciaran acusándolo de secuestrar y violar a una mujer lo que exigiría sería –como mínimo– que le prueben que cometió esos delitos, además de clamar su inocencia. Y si dos “mamarrachos” se presentaran en su casa y se lo llevaran detenido sin orden de un juez, lo que seguramente haría sería denunciarlos por realizar un procedimiento ilegal. Fuera de la Ley.
Quizás, lo que no lo deja razonar sea la necesidad de justificar todo lo que le paga Massoni con fondos públicos para que lo patrocine a él, al “Tero” Gómez Ocampo y a la ex mujer de Darío Fernández. O tal vez, sea el temor de que en cualquier momento se descubra que todo fue una vil y asquerosa operación para destruir a Fernández. Martín Castro debe ser uno de los pocos que cobra en tiempo y forma dos sueldos que suman casi 200.000 pesos. Uno por el lado de la Policía y el otro del Ministerio de Seguridad.