El tradicional concierto de Año Nuevo que cada 1º de enero realiza la Filarmónica de Viena, tuvo su cita de hoy en una sala vacía por la pandemia de coronavirus. Fue la primera vez en la historia, desde su inicio en 1939, que el concierto en la capital austríaca se llevó a cabo sin público.
El director italiano Riccardo Muti dirigió el concierto por sexta vez (cada año hay un director distinto al frente de la orquesta), en una cita transmitida por TV, como cada 1º de enero, a todo el mundo, pero en una Sala Dorada del Musikverein sin gente en la platea.
La tecnología permitió no solamente transmitir el concierto, sino que, a través de una aplicación, unos 7 mil espectadores pudieron hacer sentir sus aplausos a unos músicos que, al final de cada pieza, saludaron de pie a una sala vacía. Esto fue al final de la primera parte del concierto, a lo que se sumó una iniciativa de la ORF, la cadena pública de radiodifusión de Austria: en su página web recopiló fotos y aplausos de los espectadores.
Los mosaicos con imágenes de telespectadores aparecieron en pantalla. Aun así, la Marcha Radetzky de Johan Strauss (p), que suele cerrar el concierto con palmas de los presentes, sonó sin ese tradicional acompañamiento.
«Es extraño para nosotros tocar en una sala totalmente vacía», reconoció un emocionado Muti durante el concierto al tomar la palabra, pero «seguimos aquí creyendo en el mensaje de la música», pese a «un año horrible», afirmó.
El músico napolitano es, a sus 79 años, el director vivo que más veces ha dirigido el concierto de Año Nuevo, cuyo programa está compuesto por piezas de la familia Strauss, sobre todo valses (como el célebre El Danubio Azul) y polkas. En su carrera, Muti dirigió más de 500 veces a la Filarmónica vienesa.
El concierto fue histórico también porque el español José Carlos Martínez se convirtió en el primer coreógrafo a cargo de la cita por segundo año consecutivo.
«Los músicos tienen flores en sus ‘armas’, no instrumentos de muerte. Traemos alegría, paz, hermandad y amor. La música es importante no porque sea un entretenimiento, sino porque tiene la misión de hacer una sociedad mejor», señaló Muti en otro pasaje de su mensaje.
El director aseguró que «la salud es lo más importante, pero también la salud mental», y pidió a los gobernantes que no olviden que la cultura es indispensable para crear una sociedad mejor.
El próximo año, el concierto será dirigido por Daniel Barenboim. Será la tercera vez del director nacido en Buenos Aires, luego de sus experiencia de 2009 y 2014. Para entonces, el deseo unánime es que el concierto se pueda hacer con público.