Apenas 36 días antes de las elecciones generales en las que Donald Trump resignó su chance de ser reelecto, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC) inició una investigación para determinar si las importaciones de arándanos generaban daño o algún tipo de perjuicio a los productores locales.
Tras una rápida investigación y el fallo unánime de los cinco miembros del panel de la Comisión, el organismo determinó que «no se están importando a los Estados Unidos arándanos frescos, refrigerados o congelados en cantidades tan elevadas que sean una causa sustancial de daño grave, o la amenaza de daño grave, a la industria nacional».
«La decisión es una medida de gran importancia para la industria argentina productora de arándanos, en especial para las economías de las provincias del NOA (Tucumán, Salta y Catamarca concentran el 40% de la producción) y también Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Buenos Aires, por cuanto previene graves consecuencias», asegura un comunicado de la Cancillería argentina.
Según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores, el 90% de la producción de arándanos del país se orienta a la exportación y el 66% del total exportado se dirige al mercado de los Estados Unidos.
Fuente: Cronista
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