El inicio del ciclo lectivo en plena pandemia en algunos países de América revivió el debate sobre la modalidad de las clases y suscitó huelgas docentes contra la apertura de colegios, mientras que los casos de coronavirus siguen siendo altos y los gobiernos ensayan estrategias para continuar con la campaña de vacunación a pesar de la escasez de aplicaciones.
Los docentes ¿esenciales?
La discusión que gira en torno a la presencialidad, virtualidad o formato mixto de las clases suma ahora un nuevo punto que se vincula a las prioridades establecidas en los planes de vacunación: los docentes piden ser reconocidos como trabajadores de primera línea, pero, hasta ahora, la respuesta de los Gobiernos no fue inclusiva.
Por ejemplo, en Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia con casi 28 millones de casos y medio millón de muertes, el Gobierno de Joe Biden anunció que no será un requisito vacunar a los docentes para que las instituciones educativas vuelvan a abrir.
El miércoles pasado, en medio de una protesta nacional del sindicato docente, el principal experto en enfermedades infecciosas de EEUU, Anthony Fauci, consideró que las escuelas pueden abrirse de manera segura con el uso de equipos de protección y otras medidas de mitigación, como la integración de grupos de alumnos más pequeños.
El principal experto en enfermedades infecciosas de EEUU consideró que las escuelas pueden abrirse de manera segura con el uso de equipos de protección
El argumento fue compartido por los republicanos, que abogan por la reapertura de las escuelas, citando el éxito de los colegios católicos y otros privados al reanudar la enseñanza presencial hace meses, sin embargo, el coordinador de respuesta de Covid, Jeff Zients, expresó que «los maestros deben ser vacunados, como otros trabajadores de primera línea».
Pero, en última instancia, la decisión depende de los estados: 28 de ellos más el Distrito de Columbia actualmente permiten que algunos o todos sus maestros y el resto del personal escolar reciban las vacunas contra el coronavirus.
El escenario de rechazo de los docentes al inicio de clases presenciales se repitió el mismo miércoles en Chile, donde el Colegio de Profesores ratificó su postura luego de la polémica declaración del ministro de Economía, Lucas Palacios, que los acusaba de no querer trabajar.
En el caso de Chile, que supera los 784.000 contagios y los 19.600 decesos, el anuncio oficial establece el comienzo escolar el 1 de marzo en formato mixto, con modalidad presencial y mecanismos de educación a distancia.
La vacunación a los docentes comenzó esta semana, pero los Municipios mantienen una mirada crítica con respecto a las clases, porque si bien los maestros aún no están inmunizados, consideran que usan la negativa de volver como bandera política.
En cambio, los docentes argumentan que este retorno presencial pone en riesgo «la vida y la salud de los estudiantes».
Los llamados a huelgas docentes y los acalorados debates sobre qué hacer con la educación y la pandemia también se multiplicaron en Brasil, luego de que nueve escuelas de San Pablo, el estado más afectado por el coronavirus, debieran suspender sus clases por contagios a menos de diez días de iniciado el ciclo lectivo.
A principios de febrero, el Sindicato de Profesores de Educación Pública contabilizó más de 300 casos entre maestros y trabajadores no docentes, por lo que declararon huelga contra las clases presenciales y defendieron un pedido de vacunación prioritario.
No obstante, para el secretario de Educación de San Pablo, Rossielli Soares, los docentes deberían ser vacunados pero «debe haber prioridades porque no hay vacunas aún para todos».
Formalmente, 13 Estados iniciaron las clases presenciales con sistema online, luego del fracaso que significó el 2020 para los alumnos del sistema público,