La suba de precios muestra la peor cara de un capitalismo voraz, inclusive en tiempos de pandemia y confinamientos. El INDEC reveló que la inflación patagónica de febrero se ubicó en el 3,9% en la Patagonia. Fue la más alta que se registró en los últimos cuatro años. Desde el 2020 ascendió al 37,1% en la región.
Despreciando la vida y las penurias económicas del prójimo, los formadores de precios y las grandes cadenas de comercialización muestran la peor cara de la voracidad capitalista por la obtención de ganancias.
Ya no importan el Covid-19, las cuarentenas, ni las crisis económicas; cuando se trata de generar ganancias parece que todo vale, inclusive cabalgar sobre una inflación sin sentido como la que padece el país y la Patagonia.
Con el 3,9% de suba de precios en febrero la Patagonia tuvo un fuerte impacto inflacionario el mes pasado. En los últimos doce meses la inflación patagónica llegó al 37,1% y en solamente dos meses del 2021 trepó al 8,1%.
El 3,9% de febrero pasado fue superior al 1,8% del mismo mes del 2020; al 3% de febrero del 2019 y al 2% de febrero del 2018.
Los rubos que más aumentaron el mes pasado fueron el de los alimentos y bebidas sin alcohol que treparon un 4,5%. Casi sin actividad desde hace un año, los hoteles y restaurantes incrementaron sus precios un 5,2%.
La salud privada y los medicamentos se incrementaron un 4,7% y el transporte público experimentó una suba del 4,3% en el pasado mes de febrero.
En todo un año los precios que más subieron en Patagonia fueron: equipamiento para el hogar 48,6%; prendas de vestir y calzados 47,5%; transporte 43,8%; recreación y cultura 41,3%; y medicamentos y salud privada 40,6%.
Cuando lo que se observa es la variación alcista de los precios para los sectores empobrecidos de la sociedad patagónica se detecta que el kilo de papas aumento un 72% en el último año; la carne picada el 50%; el kilo de pollo un 46%; el arroz un 44,5%; el aceite un 43,3%.