La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez fue trasladada en la madrugada de este sábado desde la cárcel de Obrajes en La Paz a la de Miraflores, a unos cuatro kilómetros de distancia, luego de que un juez revocara la orden de llevarla a un centro médico, y se espera que hoy apele su prisión preventiva dictada por su participación en el que el gobierno actual considera que fue un golpe de Estado en 2019.
”Me sacaron diciéndome que iba a la clínica del Sur”, dijo Áñez según reproducen los diarios El Deber y La Razón, que también publicaron imágenes de su ingreso en la cárcel de Miraflores.
La exmandataria iba a ser llevada en principio a una clínica para que se evalúe su estado médico tras empezar una huelga de hambre contra su detención e indicar que tiene hipertensión, pero un juez revocó ese traslado.
El magistrado Armando Zeballos dispuso en cambio que personal del Instituto de Investigación Forense o profesionales en salud acudan al penal para evaluar allí su estado, indicó la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Por otro lado, Áñez y sus dos exministros Álvaro Coimbra y Rodrigo Guzmán, también detenidos, tienen fecha para concurrir este sábado a una audiencia judicial para apelar la detención preventiva.
La Sala Penal Segunda de la ciudad de La Paz será la encargada de escuchar los argumentos de las partes.
De acuerdo con la agencia ABI, la estrategia de la defensa es lograr la detención domiciliaria de Áñez, es decir, su traslado a su casa ubicada en el departamento de Beni donde fue aprehendida la semana pasada.
Áñez es investigada por la presunta comisión de delitos de sedición, terrorismo y conspiración durante el golpe de Estado contra el entonces presidente Evo Morales. Su nombre figura en una denuncia que hizo en diciembre pasado la exdiputada del Movimiento Al Socialismo (MAS) Lidia Patty, contra el líder cívico de la rica región de Santa Cruz, el derechista Luis Fernando Camacho, gobernador electo del departamento en recientes elecciones locales. En la demanda figuran cinco exministros de Áñez, jefes policiales y militares y civiles.
Simultáneamente, la Iglesia Católica, enfrentada con el gobierno del MAS, criticó este sábado las detenciones y afirmó que en 2019 no se produjo un golpe de Estado.
El clero dijo, en un comunicado, que en aquellos días se llegó al “consenso” de que Añez asuma el poder. ”Interpretar aquellos hechos como ‘golpe de Estado’, es una fantasía que no corresponde con la realidad, por lo que afirmamos que las detenciones basadas en esta interpretación, son del todo injustas y los detenidos por esta razón lo son en virtud de una persecución política”, indicó la Iglesia.
Fuente: La Nación