La querida médica pediatra de Esquel, Carmen Quintana falleció este lunes por la mañana. Su parida generó una gran conmoción en la comunidad para la que trabajo de forma incansable a lo largo de su vida. Cantidad de niños pasaron por su consultorio y el cariño de familias completas se reflejaba en estas horas en las redes sociales.
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba, se formó en el Hospital de Niños de Córdoba. Era miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría Filial Esquel. Fundadora de la Filial Esquel de la SAP y una mujer de gran temperamento y profunda sensibilidad.
Sus colegas, integrantes de SANI, la despiden con profundo dolor con estas palabras
Marcelo Martinez intertexto:
«Me piden que te escriba unas palabras en nombre de todos, Carmen. Nunca serán suficientes para despedirte ni serán las adecuadas. Esta tormenta que nos azota hace ya un año te empujó hasta el límite de tus fuerzas, que no eran pocas, y te ha vencido. No podemos creerlo. Estamos heridos e inmóviles, ante tu dolorosa partida. Que decirte, Carmencita? Así te llaman muchisimos de los que te quieren, y así te seguirán llamando. Carmencita. Fuiste una hija de este pueblo, con profundas raíces, y pudiste tener de las mejores formaciones como pediatra. Volviste con la mejor pediatría a cuestas y fuiste muy generosa con los que en aquellos dias éramos jóvenes, con mucho entusiasmo pero poco conocidos en tu pueblo. Fuiste como la hermana mayor de esta hermandad de cuidadores de niños que venimos a ser nosotros. Amorosa, desenfadada, jovial, siempre dispuesta a innovar, proponer, jamás quedarse callada ante lo que consideraba injusto o inadecuado. Presidenta varias veces de la SAP Local, fundadora de la reciente Asociación de Pediatras del Oeste del Chubut, socia fundadora de aquella quimera que fue SANI, en su momento… Decoradora, jardinera, cuidadora de animales perdidos, consejera de pacientes y amigos, amante de la música y violinista… No fuiste la primera pediatra de Esquel, pero sí, quizá, la mejor referente para muchos de nosotros. Hoy nos toca despedirte a vos, y lo haremos con la misma dignidad, amor, respeto e integridad con la que que vos te manejaste en esta vida, y con la que vos misma has despedido a quienes partieron antes. Nuestro mejor homenaje será tenerte siempre presente cada vez que atendamos un paciente, escuchemos a una mamá o un papá preocupados , veamos un médico haciendo música, o transplantando un rosal. Cada vez que veamos que alguien abusa de su poder, que menosprecia a un semejante alzaremos la voz como vos lo hacías. Y, por sobre todo, te honraremos cada vez que le abramos la puerta de nuestra casa o nuestro corazón a quien lo necesite, así, generosa y desinteresadamente. Adiós Carmen querida. Ojalá podamos tener un poco de la fortaleza que vos tuviste para afrontar cada desafío que el destino te planteó, incluso este último y fatal. Nosotras y nosotros, tus colegas, compañeros y amigos en esta maravillosa profesión medica, te saludamos con un aplauso y de pie, como al final de un concierto. Bravo, Carmen! Y gracias! La melodía de tu vida quedará en nosotros resonando siempre.» El texto lleva la firma del equipo de SANI SRL, la Sociedad de Pediatría filial Esquel y la Asociación de pediatras del oeste del Chubut