Los servicios de Inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos consideran que el régimen de Kim Jong-un está listo para desplegar un nuevo submarino de 3.000 toneladas preparado para el lanzamiento de misiles balísticos y está aguardando “al momento adecuado” para que salga al mar, según fuentes de la agencia oficial surcoreana Yonhap.
Además, las fuentes alertan de que Corea del Norte ha comenzado el desplazamiento de una barcaza empleada pruebas de misiles, lo que indica el posible lanzamiento de un misil balístico submarino.
El submarino fue desvelado por vez primera en julio de 2019 y se trataría de una variante del submarino ruso Proyecto 633 de la década de 1950, conocido por la OTAN como la clase Romeo.
Corea del Norte ha operado hasta veinte de estos submarinos, y la mayoría se construye localmente con ayuda china, según Forbes.
Queda por ver el momento de su presentación oficial, según las fuentes, que no descartan que este evento sea público, como la presentación en su momento del misil Pukguksong-3.
Las fuentes corroboran una información publicada por la web norteamericana 38 North, especializada en el seguimiento de Corea del Norte, que el mes pasado informó de la reubicación de un dique seco en el astillero de Sinpo, en el este del país.
Este traslado indicaría que la construcción del nuevo submarino de misiles balísticos del Norte “puede estar a punto de completarse” o bien la nave “está lista para su botadura y despliegue en un futuro cercano”, de acuerdo con las fuentes de Inteligencia citadas por la agencia.
La última vez que Corea del Norte probó un sumergible fue en octubre de 2019, cuando utilizó una plataforma flotante para disparar por primera vez una nueva versión de sus proyectiles Pukguksong (“Estrella polar”) para submarinos.
Los submarinos con capacidad para lanzar misiles balísticos son activos estratégicos de capital importancia, especialmente si éstos llevan ojivas nucleares, ya que permiten extender el alcance de estas armas a casi todo el planeta a través de los mares. Además, a pesar de los avances tecnológicos los submarinos siguen siendo esencialmente indetectables mientras estén bajo el agua.
Las conversaciones sobre desarme entre Pyonyang y Washington están congeladas desde la fracasada cumbre de Hanói de febrero de 2019 y desde entonces el régimen norcoreano ha realizado varios test de armas aunque ha evitado disparar misiles de alcance intercontinental o realizar nuevas pruebas nucleares.
El jueves, el presidente Joe Biden advirtió a Corea del Norte que Estados Unidos “responderá en consecuencia” si intensifica sus pruebas militares, después de que Pyongyang disparara dos misiles en su primera gran provocación desde que asumió el cargo. Pyongyang tiene un largo historial de ensayos de armas para aumentar las tensiones, en un proceso cuidadosamente calibrado para intentar avanzar en sus objetivos.
La respuesta de Biden demuestra un cambio de tono con respecto a su predecesor, Donald Trump, que mantuvo una inusual cercanía diplomática con el líder norcoreano, Kim Jong-un, y que el año pasado restó importancia en repetidas ocasiones a lanzamientos de corto alcance similares.