Los cruces ilegales de la frontera de Estados Unidos tienen todas las probabilidades de alcanzar su máxima cifra a lo largo de dos décadas en 2021 pero ya han batido el récord de los últimos 15 años, mientras el flujo de migrantes centroamericanos desde México no cesa, estiman funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU.
Cada día, cerca de mil personas entran ilegalmente en el territorio del país y sin ser identificadas o aprehendidas por la Patrulla Fronteriza, situación con la que las autoridades actualmente no pueden hacer nada porque los agentes que trabajan en la frontera destinan todos sus esfuerzos a la atención y procesamiento de las familias de migrantes y niños no acompañados, así como a la prevención del ingreso de varones adultos, comentaron tres funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza a The Washington Post.
En marzo, más de 171.000 migrantes, entre ellos más de 18.800 menores de edad no acompañados, fueron detenidos por los agentes fronterizos de EE.UU., cifra que, según datos preliminares de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, es un récord desde marzo de 2006. Además, se calcula que más de 99.000 personas de ese total fueron adultos que ingresaron solos, y casi todos fueron deportados a México.
El número de migrantes que logran evadir los controles y entrar en EE.UU. ilegalmente sin ser atrapados es especialmente alto en Arizona, explicaron al medio norteamericano dos agentes que trabajan en ese estado.
Mientras tanto, pequeños grupos de migrantes, algunos de ellos transportando drogas, acceden a las áreas remotas, donde su captura requeriría más tiempo y esfuerzos, y en un día se puede ver unos 20 grupos de este tipo, «pero nadie tratará de ir por ellos», explicó una de las fuentes. «Solo siguen caminando hasta desaparecer de la vista», agregó.
Además, están en juego organizaciones de contrabando que envían «pequeños grupos de dos, tres o cuatro personas» que en poco tiempo ocupan a todos los agentes disponibles para ir tras ellos, indicó la fuente del periódico. Entre tanto, la prioridad para la Patrulla Fronteriza son familias y niños que se entregan a los agentes y cuyo traslado y procesamiento es un proceso largo.