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Rusia acusó a Ucrania de disparar un misil a civiles en un ataque que dejó al menos 39 muertos

Al menos 39 personas murieron y otras 100 resultaron heridas hoy en un ataque con cohetes contra la estación de Kramatorsk, en el este de Ucrania, donde centenares de personas esperaban un tren para salir de la región, asediada por fuerzas rusas en el día 44 de la invasión a Ucrania, y Rusia acusó directamente a Ucrania de su autoría y hasta precisó el origen geográfico del disparo.

El ataque sorprendió a niños, mujeres y hombres indefensos que se aprestaban a subir a un tren para ir a un lugar más seguro, y si bien en principio Ucrania condenó la «maldad sin límites» de Rusia, luego el Kremlin aseguró que fue el propio gobierno de Volodomir Zelenski el autor del disparo, cometido, aseveró Moscú, desde la ciudad de Dobropillia, ubicada a 45 kilómetros al sudoeste de Kramatorsk.

«El objetivo de este ataque orquestado por el régimen de Kiev contra la estación de tren de Kramatorsk era impedir que la población civil se fuera de la ciudad para poder usarla como escudo humano», dijo el ministerio de Defensa ruso, citó la agencia de noticias AFP .

El suceso fue primero comunicado por el responsable de la estación ferroviaria, Oleksander Kamishin, y por una autoridad de la zona de Donetsk -donde se encuentra Kramatorsk- que no está en poder de Rusia, y originó enfáticas condenas del propio Zelenski y de la Unión Europea.

En seguida, el ministerio de Defensa ruso afirmó que no lanzó ataque alguno contra la estación y fue más allá al señalar que «los misiles tácticos Tochka-U, cuyos fragmentos fueron hallados en los alrededores de la estación de Kramatorsk y (cuyas imágenes) fueron difundidos por testigos, solo son utilizados por las fuerzas armadas ucranianas».

«Todas las declaraciones de los representantes del régimen nacionalista de Kiev acerca del supuesto ‘ataque con cohete’ llevado a cabo por Rusia el 8 de abril en la estación de tren de la ciudad de Kramatorsk son una provocación y son absolutamente falsas», dijo el ministerio en un comunicado difundido por la agencia de prensa RIA Novosti, cuyo reporte fue recogido por AFP y Sputnik.

A su vez, el portavoz de las milicias prorrusas de Donetsk, Eduard Basurin, atribuyó el ataque, al que calificó como una «provocación», a Ucrania.

«Ha ocurrido una provocación en Kramatorsk. Las autoridades ucranianas ni siquiera ocultaban estar preparando más provocaciones. Han anunciado evacuaciones desde Kramatorsk, Konstantínovka, Slaviansk, y la gente ha empezado a congregarse en lugares de posible salida, como estaciones de tren», señaló el vocero, citado por Sputnik.

Un reportero de AFP que acudió a la estación esta mañana vio a centenares de personas que aguardaban un tren para salir de la región, amenazada por una ofensiva rusa de gran envergadura, en dirección a otras partes más seguras del país.

Frente a la estación de Kramatorsk se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil. El lugar estaba sembrado de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros. El interior de la estación estaba cubierto de sangre, a menudo pisoteada y extendida hacia la calle, debido al movimiento de los cuerpos, reportó la agencia francesa.

De inmediato, Zelenski calificó el ataque como un acto de «maldad sin límites».

«Como no tienen fuerza ni valor para enfrentarse a nosotros en el campo de batalla, destruyen cínicamente a la población civil. Es una maldad sin límites. Y si no se castiga, no cesará jamás», dijo el mandatario en Telegram, denunciando los métodos «inhumanos» de las fuerzas rusas.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE) Josep Borrell condenó por su parte «con firmeza» el ataque y acusó a Rusia de querer «cerrar las vías de evacuación» de civiles.

«Condenó con firmeza el ataque ciego de esta mañana contra una estación en #Kramatorsk por parte de Rusia, que mató a decenas de personas y dejó muchos heridos», declaró Borrell en Twitter. «Se trata de un nuevo intento de cerrar las vías de evacuación para aquellos que huyen de esta guerra injustificada y causa de los sufrimientos humanos», denunció.

Kramatorsk se encuentra en una zona de la provincia de Donetsk no controlada por la autoproclamada República Popular del mismo nombre, una región rusoparlante de Ucrania que se alzó en armas contra la conducción nacional del país hace ocho años, luego de que Kiev no cumpliera con determinadas medidas de autonomía a las que se había comprometido en los acuerdos de paz de Minsk de 2014 y 2015.

Donetsk y otra provincia, Lugansk, integran la región esteña del Donbass, de mayoría de población de cultura e idioma ruso, que viene reclamando su independencia de Ucrania y actual objetivo de la invasión militar rusa.

Minutos antes de la confirmación del ataque por parte de Kamishin, el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko, había señalado que «los nazis rusos» dispararon en el lugar un misil Iskander.

«La Policía y los equipos de rescate informan de decenas de muertos y heridos», agregó, citado por la agencia de noticias Europa Press.

Subrayó que «miles de personas se encontraban en la estación durante el ataque debido a que los residentes de Donetsk están siendo evacuados a regiones más seguras en Ucrania».

«Los racistas sabían bien a dónde apuntaban y lo que querían», reseñó Kirilenko, y agregó que Moscú «quiere destruir todo lo ucraniano.

«Rusia es un país de villanos y criminales. El mal debe ser detenido y castigado», enfatizó.

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