La economía registró un leve retroceso en septiembre. Advierten sobre el impacto en la industria del nuevo sistema de importaciones
Estimaciones privadas indican que la economía muestra signos de desaceleración y el tercer trimestre habría finalizado ya con una caída en relación con el trimestre anterior.
La incertidumbre macroeconómica aparece como una alarma que podría influir en el nivel de actividad de los próximos meses, algo que los industriales advirtieron en un informe reciente, según publica Infobae.
La consultora Orlando J. Ferreres estimó que “el nivel general de actividad registró un crecimiento de 3,5% interanual en septiembre, acumulando para los nueves meses transcurridos del año una expansión de 5,6%“.
“Por su parte, la medición desestacionalizada mostró en septiembre una merma de 0,4% respecto al mes precedente, mientras que el tercer trimestre registró una contracción de 0,1% en relación al segundo cuarto del año. La actividad económica muestra signos de agotamiento para la última parte del año”, mencionaron.
En ese sentido, aseguraron que “el escenario es uno de estancamiento”.
“Con el número de septiembre, el tercer trimestre cierra mostrando a su vez una contracción de 0,1% al comparar con los meses de abril a junio. Para lo que resta del año no anticipamos un cambio de tendencia sobre actual enfriamiento de la actividad, y los riesgos de un empeoramiento de las condiciones macroeconómicas no son bajos, por lo que la incertidumbre es alta al mirar hacia 2023″, consideró Ferreres.
En el Gobierno y en la Unión Industrial Argentina (UIA) creen que los números de septiembre -en la semana se conoció el EMAE de agosto- no serán positivos en la medición intermensual. En el corto plazo se agrega un elemento adicional clave: el extenso conflicto en el sector de fabricación de neumáticos que derramó en el resto del rubro fabril.
Así lo mostró el Centro de estudios para la Producción que depende de la Secretaría de Industria y Producción que encabeza José Ignacio de Mendiguren.
“El índice adelantado de actividad industrial elaborado por el CEP XXI (que toma el consumo de energía sobre la base de datos de Cammesa) creció 3,7% interanual en septiembre, con un mayor consumo en refinación de petróleo, metales básicos y químicos”, explicaron.
“Respecto de igual mes de 2019 creció 18,3%. En la medición desestacionalizada, contra agosto la actividad industrial registró un descenso de 1,8%, impactado en parte por el conflicto en el sector neumático”, remarcó el CEP XXI. Ese conflicto, asegura, implicó un parate en la fabricación de caucho y plásticos, automotriz y maquinaria y equipo.
Por su lado, el último informe de la Unión Industrial marcó que “en agosto la actividad industrial registró un alza de 11,3% interanual”, pero que al mismo tiempo, en la medición en comparación con julio hubo un retroceso de 0,7%, lo que marca una tendencia de leve caída.
En julio, en relación a junio, ya se había registrado una contracción de 0,2%. “A nivel sectorial, los 12 sectores que componen el IPI CEU sostuvieron las subas interanuales en el mes de agosto”, explicaron desde la UIA.
“La necesidad de dinamizar el acceso a divisas para la adquisición de insumos importados, los incrementos en materia de costos -generales y de logística- y el impacto de la subas de tasas -tanto en los costos financieros como en el crédito- fueron algunos de los temas planteados” como preocupación hacia los próximos meses, según discutieron los popes fabriles en la reunión de junta directiva.
Un informe de la Fundación FIEL también da cuenta de una actividad económica industrial más fría.
“La actividad industrial mostró en septiembre un freno en la comparación interanual, al tiempo que los datos para el tercer trimestre mostraron el menor ritmo desde fines de 2020. La medición ajustada por estacionalidad arroja caídas desde abril pasado”, mencionó FIEL.
“En los meses por venir, la industria enfrentará un escenario con mayores desafíos en términos de acceso insumos a partir de la implementación del nuevo SIRA, el recorte en la tracción de la demanda y la conflictividad gremial en ciernes, entre otros”, apuntó.
“En septiembre la producción ajustada por estacionalidad volvió a mostrar un retroceso que alcanzó 2,8%. La actividad se recorta desde abril pasado y en septiembre se colocó sólo 2,9% por encima del registro de octubre de 2021 en el inicio de la fase de recuperación y 6,5% por debajo del correspondiente a abril pasado. Los indicadores que permiten monitorear la sostenibilidad de la fase continúan deteriorándose brindando señales de agotamiento de la recuperación”, concluyó FIEL.
Parte de ese camino de crecimiento más moderado quedó de manifiesto en el proyecto de ley de Presupuesto 2023 que se discute en la Cámara de Diputados, y en el que el equipo económico proyectó que este año el PBI tendrá una variación positiva de 4% y que el año que viene ese avance debería ser de la mitad, en 2%. El Fondo Monetario Internacional, además, coincide con ese diagnóstico.