Ramón Dupuy, el abuelo del nene asesinado por su mamá y la pareja de ella, contó a TN un estremecedor dato sobre los objetos que aún conserva de su nieto: “En casa, los juguetes de Lucio desaparecen y vuelven a aparecer solos”.
En pleno viaje desde General Pico, La Pampa, hasta La Bombonera, donde ayer fue recibido por Juan Román Riquelme previo al partido de Boca contra Platense, Ramón habló para recordar a su único nieto varón.
En ese contexto, dijo: “Pasan cosas extrañas en casa, pero a veces no las quiero contar porque nos van a tildar de locos”. Para Ramón, la presencia de Lucio se hace sentir más que nunca en la casa donde el nene supo ser feliz junto a sus primas y tíos.
“Yo tengo todos los juguetes de Lucio, todos los que pudimos rescatar”, dijo. Es que tras el crimen del nene, las madres de las acusadas tiraron las pertenencias del chiquito y hubo cosas que no pudieron salvar.
A pesar de ello, sostuvo: “Lucio está muy presente, es muy loco lo que pasa”. Además, recordó el momento que su esposa, vivió a la salida de los tribunales de Santa Rosa el pasado 2 de febrero, cuando declararon culpables a Magdalena Espósito Valenti y Abigaíl Páez por el homicidio agravado.
“Lo que le pasó a Silvia la dejó muy conmovida. El nene que apareció llorando de la nada cuando salimos y la abrazó con tanto amor, es algo inexplicable, estamos seguros de que fue una señal”, sostuvo.
Además, insistió en que el fallo que los jueces Alejandra Ongaro, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora dictaron, no era el esperado. “Nosotros no estamos conformes, no se la condenó a la progenitora el delito de abuso sexual y el agravante de odio de género, lo cual consideramos que es así porque a Lucio lo mataron por ser varón”, agregó.
La señal que recibió la abuela de Lucio Dupuy después de la sentencia: “Sentí que era mi nieto”
El pasado 2 de febrero a la salida de los tribunales de Santa Rosa, mientras Ramón hablaba con los medios sobre las condenas que habían recibido las acusadas, Silvia, que se encontraba a su lado, vio a un nene de la edad de Lucio llorando que le tiró los brazos y le pidió upa. Sin dudarlo lo levantó y, el chiquito, que a esa altura ya se dejaba ver mejor, tenía abrochado en su ropa un prendedor con la cara de Dupuy.
La mujer y el pequeño se abrazaron y luego de unos minutos, el nene se bajó. Ante la mirada de todos los presentes, que creyeron que se trataba de uno de sus nietos, Silvia respondió que no lo conocía. Dijo que de un momento a otro lo vio, y que simplemente el nene le pidió que lo alzara. Ahí, rota y a la vez emocionada, confesó: “Me abrazó de tal manera que inconscientemente pensé que era el abrazo de mi nieto”.
Las palabras de la mujer resonaron entre todos los presentes y varios dejaron escapar sus lágrimas. Muy conmovida, Silvia no dudó. “Es una señal”, dijo.