Dos décadas después, la sombra del 2001 aparece en las urnas. La crisis económica y la falta de soluciones de las dos principales alianzas de gobierno son las causas de un fenómeno que comienza a manifestarse nuevamente entre el electorado. La alarma se encendió en estos días con el crecimiento del voto en blanco en las elecciones a gobernador que se celebraron hasta ahora en ocho provincias. Una tendencia que, junto a la caída de la participación electoral, refleja el desencanto de los votantes por la situación del país desde hace años.
El voto en blanco creció en siete de las ocho provincias que fueron a las urnas en las últimas semanas. La tendencia se hizo visible en casi un tercio de las provincias argentinas y se acentuó particularmente en Tierra del Fuego, Río Negro y Jujuy, según el recuento de datos oficiales realizado por Infobae. Gustavo Melella fue electo el domingo pasado gobernador de la provincia patagónica; el “segundo lugar” fue para el voto en blanco, con el 21,6%.
Tierra del Fuego aparece como un caso testigo. Más de 22.000 fueguinos votaron en blanco, a pesar de que la oferta electoral incluyó cinco candidatos a gobernador. Esta alternativa ya había sido alta en 2019, cuando registró el 7,4% de voto en blanco, pero el domingo pasado esos números se triplicaron. Esta tendencia ya se despertó en otras provincias que no habían registrado antecedentes hasta la fecha, como el caso de Río Negro, que en las anteriores elecciones había apenas sobrepasado el 1% de los votos.
Alberto Weretilneck ganó el pasado 16 de abril los comicios provinciales, que contaron con una amplia oferta electoral de siete candidatos que representaron a todas las fuerzas políticas nacionales. El kirchnerismo, el PRO, los libertarios y la izquierda presentaron candidatos, pero pese de la diversidad ideológica, el voto en blanco se cuadruplicó en Río Negro en comparación con 2019 hasta alcanzar el 6,7%. Fueron más de 27.000 rionegrinos que expresaron su descontento en las urnas.
“Votar en blanco es una manera de expresar que no estás de acuerdo con ningún candidato”, sostiene Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit. “Este fenómeno expresa lo que venimos viendo en las encuestas desde hace mucho tiempo. Hace años medimos a muchos dirigentes políticos y la mitad de esa lista, de distintos espacios políticos, tenía más imagen positiva que negativa. Eso ya cambió: todos los dirigentes que medimos ahora tienen más imagen negativa que positiva. Hay un claro enojo de la sociedad con la dirigencia política”, explicó la especialista.