Francia vive hoy una nueva jornada de protestas contra la reforma jubilatoria, a dos días de un último intento por derogarla y casi tres meses después de que el presidente, Emmanuel Macron, la aprobara mediante un decreto.
«No se trata de un último cartucho», pero podría ser «una de las últimas jornadas de movilización», dijo hoy en declaraciones a la emisora Europe 1 el líder del sindicato CFDT, Laurent Berger.
En marzo, Marcron invocó el artículo 49.3 de la Constitución francesa, que permite al gobierno aprobar una ley sin necesidad de que sea votada, para adoptar la reforma que iba a ser rechazada por los diputados y que retrasa de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanto a 2027 la obligación de cotizar 43 años (y no 42) para cobrar una jubilación completa.
Pese a que cientos de miles de personas, convocadas por los sindicatos, protestaron desde enero contra esta reforma, el presidente la promulgó en abril con la intención de que entrara en vigencia en septiembre.
Pero los sindicatos no se rinden y, con la esperanza de que el Parlamento derogue la ley –algo que se anuncia muy complicado–, convocaron una 14° jornada de protestas y manifestaciones para hoy, dos días antes de una votación en la Asamblea Nacional (Cámara baja) para derogar la reforma.
El oficialismo, que ya apeló a mecanismos constitucionales para imponer esta reforma, podría el jueves usar uno nuevo para declarar inadmisible un punto clave de la propuesta de derogación presentada por el grupo parlamentario centrista LIOT.
Esto sería «un escándalo democrático», advirtió la secretaria general del sindicato CGT, Sophie Binet.
Para LIOT y la oposición de izquierda, esto recrudecería «la ira y la violencia», sostuvo la sindicalista, citada por la agencia de noticias AFP.
La alcaldesa de París, la socialdemócrata Anne Hidalgo, expresó su apoyo a las protestas y lamentó que no se haya consultado a la población antes de aprobar la reforma jubilatoria.
«Doy la bienvenida a ese movimiento. Brinda un ejemplo, es pacífico y unido. Los sindicatos lograron expresar los temas que los políticos, incluida la izquierda, no han podido llevar al debate público», expresó Hidalgo en declaraciones a la emisora de radio France Inter.
«Muestran que el sistema es profundamente injusto», y que sigue «castigando a los más pobres», lo que expone el «colapso total» de la democracia, aseveró Hidalgo, quien lamentó que no se haya consultado a la población antes de aprobarlo, informó la agencia de noticias Europa Press.
Macron, de visita en el Monte Saint-Michel con motivo del milésimo aniversario de la abadía ubicada en el noroeste del país, dijo ayer que se puede debatir «de todo», pero «respetando la Constitución».
Las autoridades esperan entre 400.000 y 600.000 participantes en las 250 protestas previstas en toda Francia, por lo que desplegaron a unos 11.000 policías y gendarmes.
Pero la participación parece lejos de los 1,28 millones de manifestantes del 7 de marzo (3,5 millones, según la CGT).
El impacto de la huelga, en el sector eléctrico y los transportes, también se anuncia menor.