La Comarca Andina vuelve a estar en estado de conmoción producto de la desaparición de Aurelio Calfiqueo, hallado muerto la semana pasada, y de José Crettón, intensamente buscado en estas horas. Ambos casos traen inmediatamente a la memoria a Genaro y Cristian Calfullanca, quienes desaparecieron en Cholila en 2013 y nunca más se supo de ellos.
A mediados de marzo de 2013, Genaro y Cristian Calfullanca, vecinos de ascendencia mapuche, fueron contratados para alambrar un campo en una región boscosa del valle del Río Tigre. Unos días más tarde, durante la semana santa, no volvieron a sus hogares y sus paraderos pasaron a ser un misterio.
La policía rastrilló la zona, hubo marchas y campañas de búsqueda de los vecinos y familiares, ofrecieron recompensa por datos que ayuden a dar con los paraderos pero nunca aparecieron.
Las casualidades o circunstancias del destino hicieron que Miguel Castro sea un personaje central en ambos casos: en 2013 era intendente de Cholila, hoy es Ministro de Seguridad provincial, cargo de máxima responsabilidad en la búsqueda del joven Crettón
La hipótesis principal en la desaparición de los Calfullanca giró en torno al negocio de la venta ilegal de tierras de bosque nativo conocido popularmente como “Curro Verde”. Según publicó La Izquierda Diario, Cristian y Genaro eran testigos y debía declarar en una causa ligada a un conflicto de tierras donde estaba involucrado Castro pero nunca llegaron a hacerlo.
Castro, por entonces, tuvo que enfrentar una serie de denuncias por presuntas entregas de tierras fiscales de manera fraudulenta, por firmar contratos multimillonarios del municipio con amigos, y por mal desempeño de funcionario público, juicios de los que salió absuelto, como si nada hubiera pasado. Otro involucrado en estos casos y que corrió la misma suerte fue Néstor Becerra, en ese momento parte del Ejecutivo municipal, hoy Subsecretario Seguridad y Relaciones Institucionales del Gobierno del Chubut.
De a poco, con el correr del tiempo, la esperanza de hallar a los Calfullanca se fue apagando y el gobierno suspendió la búsqueda. Sin embargo, el caso, que lamentablemente quedó impune, resurge en la memoria colectiva cada vez que desaparece una persona en Chubut.
Fuente: La Voz de Chubut