Con la UIF (Unidad de Investigación Financiera) respirándole la nuca, regentea una empresa pesquera con nombre de alimento balanceado denominada TREKAN S.R.L, que según nos cuentan no se sabe realmente a quiénes pertenece, toda vez que Santander solo se encargaría de figurar en los papeles y cobrar los dividendos.
Por alguna razón lo habrían puesto nervioso los anticipos que hizo Ignacio Torres con respecto a las medidas que va a implementar en su gobierno para combatir al narcotráfico. Dicen que el mono sería el sucesor de Omar “el cura” Segundo en el negocio del transporte marítimo de cargas de langostinos hacia España.
José Miguel Caileo, el operario de puerto que la fría y lluviosa noche del 15 de septiembre se cayó al agua mientras trabajaba en el muelle de Camarones y que le salvaron la vida por un pelo, es uno de los tantos trabajadores que se accidentaron prestando funciones para la empresa del mono, como consecuencia de las condiciones precarias de seguridad con la que se desempeña ese personal.
Aparentemente, la gente del Mono Santander no habría querido hacer la denuncia del accidente de Caileo ante la aseguradora, violando de esta manera la Ley de Riesgos del Trabajo que obliga a los empleadores a denunciar el infortunio una vez que es acontecido. Este tipo de omisiones, tendría como fin evitar que la empresa se quede con un hombre menos, puesto a que si se denuncia el siniestro, la ley prescribe que el accidentado no puede trabajar hasta encontrarse recuperado de las lesiones, lo que colocaría a la empresa en riesgo de perder dinero por falta de uno o varios empleados. Es por este motivo que existen, tanto en la estiba como en la marina mercante, operarios y marineros que trabajan llevando fracturas y demás lesiones en el cuerpo, debido a que muchas veces los accidentes de trabajo no se denuncian y los lacayos empresariales que se encuentran encargados de la tropa, envían a los accidentados a médicos cómplices que fraguarían diagnósticos para minimizar interesadamente las lesiones, de manera que vuelvan a sus funciones normalmente y sin tratamiento. Poco les importa a los empresarios marisqueros la salud de quienes producen sus riquezas.
Cuando la hermana de José Luis, salió a los medios de comunicación a difundir lo que le había pasado a su hermano, a las horas la ART se comunicó con ellos para brindarle atención médica, lo que hace suponer que hasta ese momento no lo habrían denunciado y se tuvo que hacer trascender por medio de la prensa y las redes para que eso ocurriera.
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