Ni siquiera le hicieron la infracción, y mucho menos le secuestraron el vehiculo o le retuvieron el carnet de conducir: como hubiera pasado si hubiese sido cualquier otro ciudadano. Dicen que llamó el subjefe de Policía, el comisario Juan Cruz Campos al personal que intervino en el procedimiento y que en cuestión de segundos solucionó todo. Lógicamente, contando con la complicidad del comisario retirado Néstor Siri, director de la Agencia de Seguridad Vial.
Fue el domingo 8 de octubre a las 22,30, en Edison y avenida Rawson; en el radio céntrico de Trelew. El infractor, el comisario Luis Antonio Rukavina; el director de Asuntos Institucionales de la policía del Chubut. A él le detectaron en la prueba de alcoholemia 0,71 gramos de alcohol en sangre. Una falta encima calificada por tratarse de un funcionario público y, de un alto jefe policial.
El hecho originó lógicamente indignación en más de uno, porque si este hombre hubiera sido, por ejemplo, un agente de policía sin ninguna influencia en el poder, hoy, no tendría su auto, debería pagar una costosa multa y tal vez todavía no le hubieran devuelto su carnet de conducir.
Esto es más o menos parecido al caso del custodio y chofer del gobernador Mariano Arcioni, que en Puerto Madryn anda manejando borracho y chocando un vehiculo oficial y nadie hace nada. Al contrario lo protegen, le dan impunidad y ordenan a la policía que “tape todo”.
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