Israel afirmó que Hamas ha «perdido el control en Gaza» en el 38º día del conflicto con el movimiento islamista, una guerra que ha atrapado a miles de desplazados en condiciones «inhumanas» en varios hospitales del pequeño territorio palestino.
Hamas, en el poder en el enclave desde 2007, «ha perdido el control en Gaza» y sus combatientes están «huyendo hacia el sur» de este territorio, dijo el lunes el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en un mensaje de video transmitido por varios canales de televisión.
En el hospital de Al Shifa de la ciudad de Gaza, el más grande del territorio, «la situación es muy grave, es inhumana», alertó Médicos Sin Fronteras (MSF) en la red X, citando a uno de sus cirujanos presentes en el complejo.
Durante días, los enfrentamientos entre combatientes de Hamas –considerado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea– y soldados israelíes se han concentrado en la ciudad de Gaza.
El personal sanitario no puede recuperar a los muertos y heridos en las calles cercanas, según el médico.
«No tenemos electricidad, ni comida, ni agua en el hospital», dijo.
Mariam Jadallah, de 63 años, explicó a un periodista que trabaja con AFP que había sido evacuada por la fuerza a Al Shifa después de que, el sábado, el ejército israelí destruyera una clínica sueca situada al oeste de la ciudad de Gaza.
«Primero dormimos en la calle, luego me fui con otras seis mujeres y varios niños» a Al Shifa, dijo. «Ahora estoy allí y no se dónde están mis hijos y mis familiares».
Según Hamas, varios enfermos y bebés han muerto por la falta de electricidad en el hospital, que alberga a unos 600 pacientes y a miles de civiles que buscan refugio.
El mensaje de Biden
Por su parte el presidente estadounidense, Joe Biden, instó a proteger ese establecimiento y dijo que las acciones de Israel deben ser «menos intrusivas».
Israel golpea la Franja de Gaza sin tregua desde el ataque lanzado en su suelo por comandos de Hamás el 7 de octubre.
Desde el 27 de octubre lleva a cabo una operación terrestre con el objetivo de «aniquilar» al movimiento islamista.
Del lado israelí, unas 1.200 personas murieron, según las autoridades, la gran mayoría de ellos civiles fallecidos el mismo día del ataque, de una magnitud y violencia inéditas desde la creación de Israel en 1948.
El ejército israelí, que el lunes informó de 44 soldados muertos desde el inicio de la guerra, estima que unas 240 personas fueron tomadas como rehenes en la Franja de Gaza el 7 de octubre.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, planteó el domingo la posibilidad de un acuerdo para liberar a algunos de los rehenes, una condición indispensable según él para cualquier alto el fuego.
En la Franja de Gaza, los bombardeos israelíes han matado a 11.240 personas desde el 7 de octubre, en su mayoría civiles, incluidos 4.630 niños, según el ministerio de Salud de Hamás.
El ejército israelí acusa al movimiento islamista palestino de haber instalado una red de túneles bajo el hospital Al Shifa y de utilizar a enfermos y refugiados como «escudos humanos».
El viceministro de Salud del gobierno de Hamás, Yusef Abu Rich, dijo a la AFP el lunes que «siete bebés prematuros» y «27 pacientes en cuidados intensivos» habían muerto desde el sábado debido a la falta de electricidad en ese hospital.
La situación también es dramática en el hospital Al Quds, otra zona donde se libran combates, según la Media Luna Roja Palestina.
«Nuestros equipos están atrapados con pacientes y heridos, sin electricidad, agua ni comida», dijo la organización en Twitter.
«El mundo no puede permanecer en silencio cuando los hospitales, que deberían ser refugios de paz, se transforman en escenarios de muerte, devastación, desesperación. Alto el fuego ahora», dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Desde hace semanas, la ONU pide que se entregue combustible al sitiado territorio palestino privado de electricidad, en particular para hacer funcionar generadores en hospitales.
Debido a la falta de gasolina, los camiones de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa) no podrán recibir ayuda internacional de Egipto a través del puesto fronterizo de Rafah el martes, anunció su jefe, Thomas White, en la red X.
Israel se niega a permitir que el combustible ingrese a Gaza, asegurando que podría beneficiar las operaciones militares de Hamás.
El jefe de la diplomacia israelí, Eli Cohen, admitió el lunes que su país debe esforzarse por extender la «legitimidad» de las operaciones militares ante la creciente presión internacional.
El ejército anunció el lunes que «continuó llevando a cabo redadas, apuntando a infraestructuras terroristas instaladas en edificios gubernamentales, en el corazón de la población civil, incluso en escuelas, universidades, mezquitas».
Aún así, un portavoz militar, Richard Hecht, aseguró en X: «nuestra guerra es contra Hamás, no contra la población de Gaza».
Casi 200.000 palestinos, según el ejército israelí, habían huido en tres días, hasta el sábado, para refugiarse en el sur de la Franja, donde cientos de miles de desplazados se encuentran apiñados en condiciones humanitarias extremas.