Una jornada inolvidable para grandes y chicos se vivió este martes en Villa Lago Rivadavia, con la inauguración de las obras de remodelación y mejoras en la Escuela Nº 103 llevadas adelante por Ford Argentina.
Hubo momentos para juegos, entrega de regalos, charlas y hasta un convite para celebrar la conclusión de los trabajos que permitirán contar con un edificio renovado tras la colocación de aberturas, pintura interior y exterior, y los numerosos arreglos a los que se sumó la construcción de dos invernáculos para la producción verduras y hortalizas.
Cabe destacar que la renovación de las instalaciones educativas se llevó a cabo a partir del programa «Educación para un Nuevo Mañana», que Ford Argentina lleva adelante desde el 2002 con el objetivo de brindar un aporte a la población rural del interior del país en un área tan importante como es la educación.
Con el establecimiento escolar de Villa Lago Rivadavia ya son 32 las escuelas renovadas en toda la Argentina, dentro del ambicioso objetivo de avanzar con la revitalización de las 41 escuelas construidas y donadas por Ford y sus concesionarios entre los años 1968 y 1982.
En esta oportunidad, la inauguración formal se llevó a cabo con un acto protocolar en el SUM de la institución. Desde bien temprano integrantes de la comunidad educativa, familiares y amigos de los estudiantes que concurren al establecimiento escolar ubicado a unos 15 kilómetros de Cholila se fueron acercando para recorrer las nuevas instalaciones.
Allí se vieron sorprendidos por la presencia de invitados especiales, personalidades de la cultura y el deporte, como la «leona» Agustina Albertario y el periodista y presentador
«Robertito» Funes.
Participó Osvaldo Santi, gerente de Comunicaciones de Ford Argentina, Fernando Fiorasi, presidente del Grupo Fiorasi, Fernando Blogliacino Gerente General de Pedro Corradi, entre otros. «Más allá de lo estético, para nosotros es muy importante el cambio de las aberturas por las mejoras en la calefacción. Aunque estuvieran prendidos los dos calefactores de cada aula el ambiente estaba frío, y ahora con las nuevas aberturas mejoró mucho y estamos más calentitos», destacó Andrea López, directora de la Escuela 103.
A su vez, comentó que esta escuela se fundó en 1938, cuando comenzó a funcionar en la casa de un vecino. «La primera construcción la hicieron los mismos vecinos, cerca del edificio actual, y funcionó hasta el 6 de diciembre de 1971, cuando se produjo un incendio y se perdió todo. A partir del incendio las clases pasaron a dictarse en un galpón, hasta que en enero de 1972 vino Ford, que estaba relevando lugares de Chubut para construir escuelas en distintos lugares del país. Ellos se dan cuenta que esta escuela tenía una urgencia y necesitaba un edificio, y empiezan a construir lo que ahora es este edificio», relató.
López explicó que mayormente concurren chicos y chicas de la Villa y alrededores, cuenta con una matrícula de 25 estudiantes y tiene la particularidad de ser una escuela Unidad Educativa Multinivel, ya que tiene Nivel Inicial, Primario y Secundario, para que no tengan que ir a estudiar a lugares más alejados de sus hogares.
El alma del pueblo
La directora hizo hincapié en que la escuela es el centro vital de Villa Lago Rivadavia, con actividades que arrancan a las 8 de la mañana y no paran hasta entrada la noche. «Tenemos el jardín, la primera, hay secundario para adultos, y después está el SUM trabajando a full con actividades deportivas».
Manos a la obra
Fernando Fiorasi, presidente del Grupo Fiorasi, apuntó que la escuela de Villa Lago Rivadavia es una de las tres escuelas de Chubut alcanzadas por el programa de Ford.
«Ayudar a una comunidad tan interesante, y dar un apoyo incondicional a la educación, tanto de Ford Argentina como de Pedro Corradi, es un logro y una satisfacción».
Por su parte, Jorge Hernández, de la empresa Patagonia Steel que estuvo a cargo de la obra, precisó que se trabajó en «la reforma y arreglamos de algunas partes de la escuela que estaban muy mal, como dos paredes de machimbre, por donde entraba frío y eso hacía que se enfriara toda la escuela».
Para el empresario de la construcción, es la puerta en valor de un edificio que tiene más de 50 años, «donde colocamos ventanas y puertas de PVC con doble vidrio, levantamos un poco el piso. Hicimos el techo del exterior, donde antes no solo los chicos se mojaban, sino que se formaba una laguna».