El juez federal Daniel Rafecas, interinamente a cargo del Juzgado Federal N°7, dispuso la libertad y falta de mérito de Alberto Santiago Soria, el único detenido por el paquete con explosivos que fue enviado el pasado jueves a las oficinas de la Sociedad Rural Argentina, en Palermo.
La decisión judicial estuvo basada en diferentes medidas de prueba dispuestas durante el fin de semana, que demostraron que Soria, tal como había declarado en la indagatoria, entre las 10 y las 13 horas del día jueves, participó de una capacitación en un salón de eventos en «Salguero Plaza», en Barrio Norte, y por lo tanto, no sería quien entregó el paquete explosivo en la sede de Andreani Postal, en el barrio de Barracas.
Atentado a la Sociedad Rural Argentina
El atentado a la Sociedad Rural Argentina tuvo lugar el jueves pasado, cuando llegó un paquete explosivo dirigido al presidente de la entidad, Nicolás Pino. El paquete fue abierto por la secretaria de Pino y, según fuentes judiciales, fue una detonación de bajo poder.
«Cuando la secretaria abrió el paquete, hubo una explosión característica de un artefacto que provoca estruendo y algunos pequeños destrozos de su escritorio, su computadora, su monitor. A raíz de eso se activaron las alarmas de incendio. La secretaria fue trasladada con una pequeña contusión en la mano y otras tres personas que habían inhalado la resultante de esa explosión y están todos bien por suerte”, detalló ese mismo jueves el ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Waldo Wolff.
Ese día también llegó un segundo paquete sospechoso, dirigido al vicepresidente de la Sociedad Rural, Marcos Pareda, que no llegó a abrirse porque tras la explosión del paquete destinado a Pino se contactó a personal policial de la Comisaría Vecinal 14C y luego intervino la Brigada de Explosivos, que hizo una detonación controlada.
«Se aisló y se hizo una explosión controlada del segundo paquete que iba dirigido al vicepresidente. Este segundo paquete era una encomienda real, no se trató de un elemento explosivo», informó Wolff. En cambio, el primer paquete «sí se trataba de un artefacto que tenía intenciones de generar una explosión. Tenía las características de un artefacto explosivo: un iniciador, un mecanismo y una carga explosiva con una batería», aseguró.