Un emprendimiento público-privado dio impulso a la acuicultura en la provincia. El Estado inauguró la planta de faena en 2022, y la concesionó por 20 años. La inversión de capitales chilenos inició en el año 2017. En solo tres años la producción se multiplicó 6 veces y la mano de obra empleada en la zona 18 veces.
Si algún distraído visita Neuquén sin conocer de antemano su historia, su matriz productiva y su diversidad económica, puede llegar a confundirse y creer que la provincia solo es sinónimo de shale oil y Vaca Muerta.
Esa certeza vuelve a ser confirmada con la performance de la acuicultura enclavada en los lagos de la región, una actividad poco conocida pero de un crecimiento exponencial en los últimos años y de alto impacto exportador. Tal como suele suceder cada vez que se inicia un proyecto productivo de gran envergadura y alto riesgo, el impulso del sector público es condición necesaria. La cría, engorde y faena de peces para exportación en la provincia de Neuquén, no es la excepción.
El proyecto acuícola más grande de la Patagonia se ubica en Piedra del Águila, con un enclave productivo en las costas neuquina y rionegrina del embalse ubicado sobre las aguas del río Limay, que incluye una planta de cría desde las ovas, el engorde en las aguas del lago, y la planta de faena, previo al envío al exterior.
El rol de la provincia de Neuquén fue clave para el inicio de la actividad, la normativa que habilita el uso compartido de las aguas del río con la provincia de Río Negro, y la construcción con fondos públicos de la planta de faena, que fue inaugurada en marzo de 2022 y luego concesionada por 20 años a la empresa Idris Patagonia SA.
La sinergia público privada fue determinante para el enclave de una actividad de alto potencial productivo y exportador.
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La compañía que ya opera en Perú y Chile, inició sus primeros trabajos exploratorios en las aguas de Piedra del Águila en el año 2017, y hacia el año 2020 ya estaban en etapa productiva.
Los primeros envíos de trucha neuquina al exterior comenzaron en 2021, y en solo tres años, el crecimiento de las exportaciones ha sido exponencial, y desde abril del año 2023, los entregas de filete fresco de trucha a Estados Unidos y Canadá, han sido ininterrumpidas.
“Desde el punto de vista productivo es un gran desafío y es complejo porque, existe un compromiso con clientes del exterior para entregas semanales, constantes y homogéneas en calidad y en cantidad”, explica Lucas Maglio, country manager en Argentina de grupo chileno MarAndino, propietario de Idris Patagonia.
En efecto, cada semana unas 20 toneladas promedio de filete fresco de trucha parte en camión desde la planta de faena de Piedra del Águila rumbo a Ezeiza. Para ello se utilizan cajas de telgopor producidos por una empresa neuquina, que cumple con todas las especificaciones requeridas en el mercado internacional. Desde Ezeiza, el filete viaja hasta Miami y Los Ángeles, desde donde se realiza la distribución vía terrestre en EE.UU., e incluso hasta Montreal, en Canadá.
La empresa también exporta congelado, y en este caso la trucha puede viajar fileteada, entera, o sin cabeza. Los principales mercado para este segmento son Malasia, Tailandia o Japón.
“El congelado lo que te permite es poder ir estoqueando y ir hablando con clientes y negociando y enviarlo cuando llegues a un acuerdo. El caso del fresco es más complejo, pero es donde nos desempeñamos con mayor soltura”, explica Maglio.