Comunidad cristiana
Un estudio reciente ha revelado aspectos fascinantes sobre una comunidad cristiana de la Edad Media que vivía en cuevas excavadas en la roca. Esta peculiar población, asentada en lo que hoy es España, dejó una huella genética y arqueológica única que los científicos han analizado para desentrañar detalles de su vida cotidiana, enfermedades y dinámicas sociales.
El asentamiento conocido como Las Gobas está ubicado en Burgos, cerca de Laño, en el Condado de Treviño. Este enclave rupestre es uno de los más destacados de la península ibérica. Sus habitantes vivieron allí entre los siglos VI y XI, pasando de las cuevas a una aldea cercana en el siglo X.
A pesar del cambio de vivienda, siguieron utilizando la iglesia rupestre y el cementerio, lo que refleja la importancia cultural y espiritual del lugar. Durante los primeros siglos, vivieron en una región fronteriza entre el reino visigodo y las tribus vasconas, enfrentando frecuentes tensiones territoriales.
Lo que revela su ADN de la Comunidad cristiana
Se analizaron restos de 39 individuos del cementerio de Las Gobas, obteniendo ADN suficiente en 33 casos. Los hallazgos genéticos ofrecieron información clave:
- Altos niveles de endogamia: El 61 % de los individuos estudiados mostraron signos de consanguinidad, indicando que la comunidad era pequeña y prefería matrimonios internos.
- Origen genético limitado: Tenían bajos niveles de ascendencia norteafricana y de Oriente Medio, incluso tras la conquista musulmana de la península en el año 711.
- Violencia temprana: Dos individuos del siglo VI presentaban heridas compatibles con golpes de espada, probablemente vinculadas a conflictos locales.
Enfermedades presentes en la comunidad cristiana
El estudio también reveló problemas de salud que afectaron a los habitantes de Las Gobas:
- Infecciones bacterianas: Varias personas estaban infectadas con Erysipelothrix rhusiopathiae, transmitida por animales domésticos, y Yersinia enterocolitica, asociada a alimentos contaminados.
- Viruela: Se detectó ADN del virus variólico en un individuo del siglo X. La cepa estaba relacionada con otras encontradas en Europa, lo que indica su llegada a través de rutas comerciales o religiosas, como las peregrinaciones a Santiago de Compostela.
Una ventana a la vida medieval
El asentamiento de Las Gobas ofrece una perspectiva única sobre la vida rural durante la Edad Media. Lejos de los grandes centros urbanos como Toledo o Córdoba, esta comunidad se mantuvo aislada y cohesionada durante siglos.
El análisis genético también sugiere que la población era patrilocal, es decir, las parejas recién casadas se asentaban en la casa del hombre. Además, los hombres de la primera etapa compartían similitudes genéticas en el cromosoma Y, lo que refuerza la idea de un grupo pequeño y endogámico.
Contexto histórico
La caída del reino visigodo tras la invasión musulmana en 711 trajo consigo grandes cambios en Iberia. Aunque el territorio pasó a formar parte de Al-Andalus, los reinos cristianos del norte resistieron y comenzaron un proceso de reconquista.
En este contexto, comunidades como Las Gobas sobrevivieron adaptándose a un entorno cambiante, marcado por tensiones políticas y desafíos sanitarios.
Un legado medieval
El estudio de Las Gobas combina arqueología y genética para reconstruir la historia de una comunidad marcada por la endogamia, el aislamiento y su capacidad de resiliencia. Este enclave es un ejemplo único de la vida rural medieval y ofrece valiosas lecciones sobre la interacción entre cultura, genética y medio ambiente en épocas pasadas.