La batalla legal
Howells ha enfrentado numerosos obstáculos en su búsqueda. Solicitó repetidamente permiso al Ayuntamiento de Newport para acceder al vertedero donde se encuentra el disco duro, ofreciendo una parte del botín si se recuperaba con éxito. Sin embargo, el ayuntamiento se negó, argumentando que las regulaciones ambientales prohibían cualquier intento de excavación.
Nuevas esperanzas
Howells también ha expresado interés en comprar el vertedero, ya que el ayuntamiento planea cerrarlo en el año fiscal 2025-26. Según él, esta información debería haberse revelado durante el juicio del Tribunal Superior, lo que podría haber influido en la decisión del juez.
Además, Howells tiene «acuerdos preliminares» con inversores de Oriente Medio y Estados Unidos que podrían financiar la operación si se le permite comprar el sitio. «No van a poner millones de libras en mi bolsillo… pero si el Ayuntamiento muestra voluntad de vender el sitio, entonces la financiación estará disponible», dijo Howells.
La lucha continúa
A pesar de los contratiempos, Howells está decidido a recuperar su disco duro. «Este es mi trabajo, por así decirlo. Mi jornada laboral», dijo, descartando «absolutamente» la idea de rendirse. Con el valor del bitcoin en constante aumento, Howells cree que tiene sentido centrar su energía en esta misión, aunque también realiza otros trabajos con criptomonedas.
La historia de James Howells es un recordatorio de la volatilidad y el potencial de las criptomonedas. Mientras él continúa su lucha, el mundo observa, preguntándose si finalmente logrará recuperar su fortuna perdida.