La cascada más mágica. En el corazón de la naturaleza salvaje se despliega un espectáculo visual que roba el aliento a los turistas: una cascada de unos 15 metros que se precipita entre verdes profundos y paisajes vírgenes dignos de un cuento de hadas.
Argentina es un país lleno de tesoros naturales que van mucho más allá de los destinos turísticos más populares. Más allá de Misiones, Córdoba o la Patagonia, existen maravillas escondidas que sorprenden por su belleza intacta, lejos de las multitudes y del ruido, según publicó Crónica.
Explorar estos rincones “poco conocidos” no solo permite descubrir paisajes únicos, sino también vivir experiencias auténticas en contacto directo con la naturaleza. Por ello, se presentan como sitios ideales para los amantes de la aventura y el ecoturismo.
Uno de estos lugares es una cascada imponente, ubicada en un entorno virgen que parece detenido en el tiempo. Con una caída de aproximadamente 15 metros, rodeada de vegetación exuberante y sin intervención humana a la vista, este salto de agua es un verdadero espectáculo visual.
La cascada más mágica y menos visitada de Argentina
El lugar en cuestión es el Salto del Agrio, una joya natural poco conocida que sorprende con su belleza surrealista y está “escondida” en el norte de la provincia de Neuquén, más precisamente en la cercanía de la bonita localidad de Caviahue.
El acceso es posible mediante un camino de ripio que se puede recorrer en vehículo durante la temporada estival. El recorrido en sí ya vale la pena: lagos, bosques de araucarias milenarias y vistas al imponente volcán Copahue acompañan el trayecto.
Esta imponente cascada, de aproximadamente 60 metros de altura, cae con fuerza sobre un cráter de rocas volcánicas de intensos tonos rojizos, ocres y amarillos, que contrastan con el turquesa del agua. El resultado: un paisaje que parece sacado de una pintura o de otro mundo.
El colorido del Salto del Agrio no es casual. Las aguas son turquesas porque contienen minerales como hierro y azufre, que reaccionan con las rocas volcánicas y dan lugar a esa gama cromática tan particular. Este fenómeno geológico convierte al lugar en uno de los más fotogénicos de la Patagonia Argentina.
Más allá de su belleza, no se puede dejar de mencionar que este lugar se formó gracias a la actividad del volcán Copahue, ubicado a pocos kilómetros. La lava y las erupciones pasadas moldearon el terreno, crearon el cráter sobre el que cae el río y enriquecieron la zona con minerales que tiñen las rocas de colores intensos.
Además de disfrutar de las vistas únicas del salto y sacar fotografías espectaculares, es ideal para pasar un rato al aire libre, hacer un pícnic o simplemente contemplar el poder de la naturaleza. El entorno invita a la desconexión total, sin señal de celular ni ruidos urbanos.
Sin embargo, quienes buscan aventura también pueden combinar la visita con caminatas por senderos cercanos o una excursión al Parque Provincial Copahue. Incluso, por la baja contaminación lumínica, los cielos son ideales para observar estrellas y hacer escapadas nocturnas para admirar fenómenos astronómicos.
Asimismo, no se puede dejar de mencionar que la zona tiene una fuerte carga simbólica para las comunidades mapuches locales, quienes la consideran un sitio de poder. De hecho, el volcán Copahue es también un lugar sagrado para esta cultura ancestral.
En tiempos donde el turismo de naturaleza gana cada vez más adeptos, el Salto del Agrio se posiciona como un destino imperdible en Neuquén. De hecho, es perfecto para quienes buscan paisajes impactantes, tranquilidad y una experiencia auténtica lejos de las multitudes.
Además, aprovechando la visita al salto, se puede explorar Caviahue, un pueblo de montaña con termas naturales, lagos y opciones de senderismo. Muy cerca, Copahue es famoso por sus baños termales de azufre, utilizados con fines terapéuticos desde hace décadas.