Desde grandes multinacionales hasta pequeños actores del comercio electrónico recortaron la semana pasada sus metas de ventas, advirtieron sobre recortes de empleos y revisaron sus planes de negocios, mientras que las principales economías revisaron a la baja sus perspectivas de crecimiento en medio de datos desalentadores.
Aunque los mercados financieros apuestan a que Estados Unidos y China evitarán una guerra comercial total y a que Trump cerrará acuerdos para evitar mayores aranceles con otros países, la incertidumbre sobre cómo terminará todo esto se ha convertido en un freno importante por sí sola.
«La política arancelaria de EEUU representa un shock negativo serio para el mundo en el corto plazo», dijo Isabelle Mateos y Lago, economista jefe del grupo BNP Paribas.
Pekín dijo el viernes que estaba evaluando una oferta de Washington para mantener conversaciones sobre los aranceles estadounidenses del 145%, a los que respondió con tarifas del 125%. La administración de Trump también sugirió que está cerca de alcanzar acuerdos con países como India, Corea del Sur y Japón para evitar nuevos aranceles en las próximas semanas.
Mientras tanto, compañías como el fabricante sueco de electrodomésticos Electrolux recortaron drásticamente sus previsiones, mientras que Volvo Cars, el fabricante de periféricos Logitech y la gigante de bebidas Diageo abandonaron sus objetivos ante la incertidumbre.
La eliminación la semana pasada del tratamiento libre de impuestos (“de minimis”) para paquetes de comercio electrónico de menos de 800 dólares provenientes de China fue un golpe devastador para muchos actores pequeños.
«Estamos pasando de cero a 145%, lo que es realmente insostenible para las empresas y para los consumidores», dijo Cindy Allen, directora ejecutiva de Trade Force Multiplier, una consultora global de comercio. «He visto a muchas pequeñas y medianas empresas simplemente decidir abandonar el mercado por completo.»
El panorama arancelario llevó al Banco de Japón a recortar sus previsiones de crecimiento la semana pasada, mientras que las tensiones comerciales fueron citadas como razón para reducir las perspectivas de crecimiento en los Países Bajos y la región de Medio Oriente y el Norte de África (MENA).
Si bien las estadísticas oficiales de actividad en las principales economías aún están poniéndose al día con el ánimo pesimista, esto ya se refleja en las encuestas a los gerentes de compras de fábricas en todo el mundo.
Una encuesta mostró la semana pasada que la actividad fabril en China cayó en abril al ritmo más rápido en 16 meses, mientras que un informe similar en el Reino Unido indicó que las exportaciones manufactureras británicas se contrajeron el mes pasado al mayor ritmo en casi cinco años.
Economistas advirtieron que un resultado más sólido en Alemania —orientada a la exportación— podría deberse en gran medida a que las fábricas adelantaron sus envíos antes de la entrada en vigor de los aranceles.
«Esto significa que podríamos ver un retroceso en los próximos meses,» advirtió Cyrus de la Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank AG.
Sin embargo, si bien ese adelanto de producción también pudo haber ayudado a India a alcanzar en abril su mayor crecimiento manufacturero en 10 meses, analistas señalaron que el país —que enfrenta aranceles más bajos que China y al que Apple ya ha trasladado parte de su producción— podría terminar siendo un verdadero ganador.
«India está bien posicionada para ser una alternativa a China como proveedor de bienes para EE.UU. en el corto plazo,» dijo Shilan Shah, economista de mercados emergentes de Capital Economics, quien pronosticó que los aranceles punitivos contra China «llegaron para quedarse.»
Por ahora, la mayoría de los economistas califican la ofensiva arancelaria de Trump como un «shock de demanda» para la economía global que, al encarecer las importaciones para las empresas y consumidores estadounidenses, afectará también la actividad en otros lugares.
El lado positivo podría ser que esto reduzca las presiones inflacionarias y le dé a los bancos centrales mayor margen para estimular la economía con recortes de tasas de interés, algo que se espera que aproveche esta semana el Banco de Inglaterra. Según publica Ámbito.
Lo que aún está por verse es si el intento de Trump por reequilibrar el sistema comercial en favor de Estados Unidos lleva finalmente a otros países a reformar sus propias economías: por ejemplo, si China decide aumentar el estímulo a su demanda interna, o si los países de la eurozona eliminan las barreras que siguen frenando su mercado único.