Karina Milei. “Se está demostrando que la estrategia de ir solos es lo que está dando resultando, el poder de la marca”. La frase fue dicha en un desayuno de recaudación en el Hotel Hilton por Karina Milei unos días antes de la elección en Santa Fe, donde la Libertad Avanza (LLA) quedó tercera. La estrategia, por ahora, no cambió.
Pero hay matices. Los gobernadores observan y esperan.
Hasta acá, las señales del Gobierno indican que la línea será la tomada en la Ciudad de Buenos Aires, donde le plantaron un candidato propio al PRO, su principal aliado; y la excepción la de Chaco, donde optaron por una alianza con el oficialismo del radical Leandro Zdero.
Para decidir en qué provincia ir con candidato propio y en cuál explorar una alianza, el Gobierno no mide tanto las chances que tiene de ganar, cómo la confiabilidad que inspira ese potencial aliado. El que se quema con leche.
Una premisa para quien se siente a conversar: “La cabeza de lista es de la Libertad Avanza, eso no se negocia”, advierte a TN uno de los hombres que trabaja en la ingeniería electoral de la Rosada. Tampoco el peronismo es una opción: “Con los peronistas no queremos acuerdo electoral. Preferimos mantener el acuerdo parlamentario, pero ir por la propia en la elección”.
La pretensión es legítima y factible en el contexto actual. ¿Cuál? El apoyo de la opinión pública a la gestión del Presidente Milei y el electorado compartido que mantienen muchos gobernadores, sobre todo los de la zona centro, con LLA. “Si te plantan un candidato propio, te hacen daño aunque no te ganen”, advierte un gobernador experimentado y analiza: “Hacen una elección de entre 12 y 15 puntos que si ellos no están, son votos que vienen a nosotros porque compartimos electorado”.
Es lo que pasó en Santa Fe, el primer test electoral del año. Allí, el gobernador Maximiliano Pullaro, que encabezó la lista de candidatos constituyentes, compitió con la misma alianza electoral de 2023 pero sacó 23 puntos menos. Es cierto que, con casi el 35% de los votos, el radical ganó holgado la elección –estuvo casi 20 puntos arriba del segundo–, y dejó a Nicolás Mayoráz, candidato de LLA, en el tercer lugar con el 14%. Pero, parte de esos votos que Pullaro perdió entre la elección de 2023 y la de abril de este año, se explican en el crecimiento de la LLA en la provincia.
La situación en la Ciudad de Buenos Aires es más dramática. En la Capital, el gobierno apostó un pleno porque busca terminar con el expresidente y jefe del PRO, Mauricio Macri, como líder de la centro derecha. Javier Milei está metido a fondo en la campaña de su candidato a legislador porteño Manuel Adorni y camina el territorio macrista sin pedir permiso. Se vió el miércoles en el mega acto de Lugano.
“Mientras los gobernadores no sientan que la Libertad Avanza los viene a correr de sus distritos, el incentivo de los gobernadores a colaborar es altísimo. Porque no hay gobernadores con pretensión presidencial, sacando a Axel Kicillof, lo que quieren es reelegir y si las cosas están bien, la gente está contenta y ganan los oficialismos”, plantea Alejandro Catterberg, director de Poliarquía. Y advierte: “Una cosa es que el Gobierno diga, hay cuatro o cinco distritos estratégicos que nos interesa ganarlos en 2027 y tenemos que empezar a armar estructura y otra cosa es que diga vamos por todo”.
Es Karina Milei, secundada por Martín y Lule Menem, quién está llevando adelante el armado de la LLA en todo el país y desearía tener candidatos propios en todos los distritos. Pero otras voces, como la de Santiago Caputo, plantean matices. “No hay diferencia de miradas en el Gobierno sobre la estrategia, se va viendo caso por caso dependiendo de las características de cada lugar”, suaviza una de las espadas políticas de Milei.
Como fuere, hasta acá lo que se vio es que solo en Chaco, un distrito de poco peso electoral a nivel nacional, se conformó una alianza para la elección provincial. En Salta, en cambio, donde Milei ganó en 2023 por el 58% de los votos, no hubo acuerdo y el gobierno irá con candidatos puros. Hoy viajará a apoyar a los libertarios, parte del “brazo armado” del Presidente con Daniel Parisini –el gordo Dan– y el diputado bonaerense, Agustín Romo, a la cabeza. Los salteños votan el 11 de mayo, será interesante analizar el resultado.
En el caso de Jujuy, el Gobierno exploró la posibilidad de un acuerdo y tenían conversaciones avanzadas con el gobernador radical Carlos Sadir, pero allí el límite para los libertarios fue el padrino de Sadir, el ex gobernador Gerardo Morales, quien fuera candidato a vicepresidente de la Nación de Horacio Rodríguez Larreta.
En otras provincias, como Mendoza, las conversaciones siguen abiertas. Hace un par de meses, los Menem se acercaron al radical Alfredo Cornejo, uno de los gobernadores aliados al Gobierno, para abrir la puerta a una alianza electoral. Cornejo, que aún tiene un mes más para definir si adelanta la elección provincial, escuchó sin responder. La negociación no está cerrada y la incógnita es cómo se define el armado de las listas. De eso dependerá si hay fumata blanca o no.
Los jefes provinciales son tiempistas. No rompen relaciones con la Rosada –no hay que perder de vista el asunto, siempre crucial, de la billetera naciona–, pero van tomando el pulso del humor social.
“Después de un año y pico, si bien apoyamos el rumbo que se le quiere dar a la economía, la situación es agobiante. El consumo no se reactiva y falta muchísimo para las PYME que son el motor del empleo en la mayoría de nuestras ciudades”, señala un gobernador de la zona centro de diálogo con con el Gobierno. “Con Francos (Guillermo, el jefe de Gabinete) la verdad que ya no tiene sentido hablar y cuando le hacemos estos planteos a Toto (Luis Caputo, ministro de Economía), te responden con planillas”, suma otro jefe provincial.
Los gobernadores están advirtiendo una caída promedio, en términos netos, del 5% interanual de la recaudación de ingresos brutos y una disminución en la Coparticipación. Fue Osvaldo Jaldo, el gobernador de Tucumán, el primero de los gobernadores en aliarse a Milei, quién esta semana lo advirtió en un programa local: “La coparticipación en las provincias está bajando. Algunos la compensan con regalías, con la minería, pero Tucumán únicamente dependemos del IVA del consumo porque es el impuesto coparticipable más importante”.
En una entrevista con Los primeros TV, el gobernador abundó: “Es un tema que nos tiene muy preocupados porque no percibimos una recuperación en el consumo. Todo este reacomodamiento de las variables macroeconómicas, que les falta mucho, no ha llegado a la gente. No ha llegado al bolsillo del trabajador que no ha recuperado su poder adquisitivo”.
Todos coinciden en sus demandas a la Nación por la falta de fondos y la demora en la percepción de una recuperación de la economía, pero en el caso de Tucumán habría que anotar otra variable para comprender la repentina lengua filosa del gobernador: La decisión de Karina de armar una estructura propia en la provincia. El encargado de esa tarea es el ministro del Interior, Lisandro Catalán, justamente el responsable de la relación con las provincias.
“Tucumano es el que más hace por Tucumán. Y en apenas un año y tres meses de gestión, logré destrabar más cosas para la provincia que los últimos tres gobernadores peronistas”, dijo en los últimos días Catalán, a quien muchos señalan como el próximo candidato a diputado de la LLA.
Cerca del vicejefe de Gabinete, insisten en que seguirá asistiendo a Francos en la Rosada y que su tarea será la de coordinar Tucumán, pero sin una candidatura. Algo parecido decía Adorni en la Ciudad. Como fuere, lo que está claro es que no habrá un acuerdo con Jaldo y quizá tampoco con el radicalismo de Agustin Campero, uno de los “radicales con peluca”, hasta ahora excluido de las conversaciones en la provincia.
En el Gobierno le quitan dramatismo y apuntan: “Las declaraciones de Jaldo son más para hablarle al peronismo histórico de Tucumán que podría enojarse e irse con Juan Manzur (ex gobernador peronista), que por un enfrentamiento real con nosotros”. Sin embargo, ellos mismos afirman lo que ya es un hecho: “Acuerdo con Jaldo no va a haber, es peronista de toda la vida”.
El escenario es complejo y no puede leerse en una única clave. Los Gobernadores quieren ganar y para eso necesitan que el plan económico de Milei funcione y derrame, pero sin que ello convierta al partido de Gobierno en un rival que amenace su poderío local. El valor de negociación de los gobernadores está amarrado al control de bancas en las Cámaras de Diputados y Senadores. Sin esas manos, su carta de presión al Gobierno nacional se diluye.
Será interesante observar los resultados de las elecciones del 11 de mayo –se vota en Chaco, Salta, Jujuy y San Luis–, y las del 18 de mayo en la Ciudad, para analizar cuál será la estrategia del Ejecutivo nacional en las legislativas del 26 de octubre. Este primer año y medio de Gobierno enseñó a los libertarios que estar en minoría en Diputados y Senadores complica y demora los cambios que quiere, y necesita, instrumentar. El reality del Congreso es, también, un foco de atención para los ansiados inversores extranjeros. Según publica TN.
Es conocida la poca afición del Presidente por los acuerdos políticos y la relación con las provincias. Pero también su enorme pragmatismo. En el mejor de los escenarios, el Gobierno puede apostar a un bloque propio de 84 diputados nacionales (más del doble de lo que tiene hoy), lo que lo deja a 45 del quórum propio. Seguirá obligado a negociar.