El Gobierno avanza en la digitalización de acciones, cedears y otros instrumentos financieros, mediante la tokenización de activos que permitirá representarlos en formato digital sin modificar su valor real. La medida busca modernizar los mercados y facilitar la inversión en plataformas digitales.
La Comisión Nacional de Valores (CNV) publicó la resolución 1081, incorporando a las acciones, obligaciones negociables y cedears entre los activos que podrán representarse digitalmente. Esta ampliación se suma a participaciones en fideicomisos y fondos comunes de inversión cerrados, anunciadas a principios de julio.
Según TN, la medida responde a pedidos del ecosistema cripto local y tendrá un entorno de prueba que funcionará hasta el 21 de agosto de 2026, conocido como “sandbox regulatorio”.
Las representaciones digitales se negociarán en plataformas y aplicaciones de los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV) inscriptos en todas las categorías del registro creado por la CNV, con control sobre las billeteras cripto.
Cómo funcionará la tokenización de activos
La tokenización permitirá representar digitalmente tanto activos ya emitidos (acciones cotizando en la Bolsa) como nuevas emisiones. Los valores digitales serán primero depositados en Caja de Valores, registrando al titular que puede ser uno o más PSAV o agentes especializados en administración, custodia o liquidación de productos de inversión colectiva.
La comercialización se realizará en aplicaciones móviles de los PSAV, donde los inversores podrán comprar y vender activos digitales. Si conviven con los activos tradicionales, la normativa permite arbitraje, comprando en el mercado más barato y vendiendo donde haya mejor precio.
Los derechos de propiedad, voto y control permanecerán con el titular registral, mientras los PSAV garantizarán mecanismos de consulta para el ejercicio efectivo de dichos derechos. Además, los inversores recibirán dividendos, amortizaciones o rentas de manera segura y transparente.
Impacto y próximos pasos
Esta medida representa un paso clave en la modernización financiera, permitiendo que activos tradicionales tengan una versión digital negociable. Aunque la tokenización no crea un segundo título, facilita el acceso a inversiones digitales, mejora la trazabilidad y fortalece la confianza del inversor en entornos cripto locales.
El régimen continuará en el sandbox regulatorio hasta agosto de 2026, período en el que se evaluará la operativa y seguridad de estas transacciones antes de su plena implementación en el mercado argentino.