Un supuesto robo de fondos públicos, en 1925, quedó registrado en textos periodísticos de la época que se conservan en la hemeroteca local. Dinero faltante, debates y una investigación interna que buscó respuestas.
Año 1925. La ciudad de Esquel todavía no había cumplido 20 años de su fecha de fundación oficial y el municipio se había creado hace poco más de dos años.
El caso que sacudió a Esquel hace un siglo
De acuerdo con Eqsnotas. En ese entonces, la Municipalidad de Esquel funcionaba, como tantas otras dependencias de esa época, en un edificio sencillo, sin grandes medidas de seguridad.
El Diario Esquel atravesaba su primer año de publicación cuando, en noviembre, dio a conocer una situación que generó preocupación en la Municipalidad. La denuncia sobre un faltante de dinero público desató debates y rumores que rápidamente se extendieron por todo el pueblo, tal como fue relatado en sus páginas.
Lo ocurrido en ese entonces marcó un momento significativo para el joven gobierno local y dejó una huella en la historia de un pueblo que daba sus primeros pasos.
Los textos de esta historia forman parte del valioso archivo de la Hemeroteca de la Biblioteca Pública Municipal de Esquel, donde aún hoy pueden leerse aquellos ejemplares originales que permiten reconstruir los hechos con fidelidad.
“¿Se ha robado a la Municipalidad?”
Con ese título, la edición del Diario Esquel del 29 de noviembre de 1925 reflejaba la pregunta que circulaba en las calles y entre los vecinos: ¿alguien había robado dinero público del edificio municipal? ¿Cómo había sido posible?
Según el resumen de los hechos, publicado por el mencionado medio de información, todo sucedió unos días antes y fue debatido el martes 24 de noviembre, en la sesión pública extraordinaria que convocó el Concejo Municipal.
De acuerdo a lo relatado, el primero en advertir algo extraño fue el caminero municipal Caulli, quien notó, temprano por la mañana, a la hora de ingreso a su trabajo, que la puerta principal del edificio estaba abierta.
Juntos se presentaron con un oficial de policía y otros empleados para ingresar al lugar.
El relato señala que ingresaron al edificio “con la asistencia del oficial, Sr. Armando Suárez y empleados municipales señores Kurt Sörensen, contador y Aneurin Williams, inspector, no encontrando señales manifiestas de violencias en las puertas y ventanas de la sala municipal, como tampoco en el escritorio ni caja de hierro”.
Asimismo, se reveló que unos días antes, el secretario había estado revisando las cuentas y detectó una diferencia en el balance. Ahora, al volver a verificar, confirmó que faltaba dinero en efectivo: $115 que deberían haber estado en dos sobres con su correspondiente documentación. Los sobres estaban, pero vacíos.
Reunión urgente del Concejo y renuncia del secretario
El tema llegó de inmediato al Concejo Municipal, que se reunió en sesión extraordinaria. Según el diario Esquel, el secretario-tesorero explicó lo sucedido y presentó su renuncia para facilitar cualquier revisión.
Algunos concejales, como el Dr. Roggero y el Sr. Rossi, propusieron aceptar la renuncia y designar un contador-interventor para auditar las cuentas y avanzar con una investigación.
Otros, como el concejal Brun, se opusieron a esa salida y propusieron que todo el personal fuera declarado “en comisión”, es decir, sujeto a revisión, hasta que se conocieran los resultados.
Tras un empate en la votación, el presidente del Concejo, José Williams, desempató a favor de esta última propuesta. Así fue como el contador Spartaco Williamson asumió el rol de interventor con la tarea de revisar la contabilidad municipal.
El dictamen final: hubo descuido
Casi un mes después, el 20 de diciembre de 1925, el Diario Esquel volvió a publicar información oficial del caso. El interventor había finalizado su informe y el Honorable Concejo aprobó un dictamen con las conclusiones.
El faltante total ascendía a $583,60, una suma considerable para la época. El dictamen señalaba como responsable al secretario-tesorero, por “descuido en la custodia de fondos a él confiados” y “negligencia por no tener el libro de caja al día”.
Por todo esto se lo apercibió formalmente, se le exigió la reposición del dinero y no se descartó la posibilidad de una acción judicial.
Una historia que dice mucho de la Esquel de aquellos años
El episodio generó una fuerte repercusión en la comunidad, no solo por tratarse de dinero público, sino porque exponía el funcionamiento de una administración municipal que estaba dando sus primeros pasos.
Cien años después, esta historia muestra que en sus comienzos, Esquel fue una comunidad que buscó actuar con transparencia, exigir explicaciones y dejar constancia pública de lo ocurrido.