Argentina registró en el primer semestre de 2025 un superávit comercial con China de apenas US$ 2.788 millones, un 74% menos que en igual período de 2024, cuando había alcanzado los US$ 10.742 millones. La caída está directamente vinculada al incremento de las importaciones y al atraso del tipo de cambio, que incentivó las compras externas.
La consultora Unexar señaló que los containers procedentes de China sumaron US$ 3.275 millones más que el año pasado, con cargamentos que incluyeron computadoras, celulares, alimentos y bebidas, artículos para el hogar, equipos deportivos, joyas, equipos médicos, juguetes, vehículos y libros. En total, las compras argentinas superaron en US$ 9.572 millones a las del mismo período de 2024.
La gran cantidad de compras a China desplomó el superávit comercial argentino
De acuerdo con LU17. El analista Miguel Ponce explicó que parte de este fenómeno responde a un cambio en el destino de la producción china: mercadería que antes apuntaba al mercado estadounidense fue redirigida hacia países como Argentina. Además, subrayó que el gigante asiático facilita las relaciones comerciales al no exigir visa para estadías de hasta 30 días y al incentivar la participación argentina en ferias internacionales.
Los datos de comercio bilateral muestran que mientras las exportaciones argentinas crecieron apenas un 4%, las importaciones se dispararon un 34%, lo que derivó en una contracción de casi US$ 8.000 millones en el saldo positivo.
Desde una mirada local, el consultor en comercio internacional Marcelo Elizondo sostuvo que una parte del aumento de las importaciones responde al mayor consumo interno, pero otra porción importante está vinculada a la compra de bienes de capital, maquinaria y repuestos destinados a recuperar la capacidad productiva.
No obstante, Elizondo reconoció que la política del Gobierno de Javier Milei favoreció el ingreso de productos con precios muy competitivos, lo que también estimuló la entrada masiva de bienes fabricados en China.
El repunte, según el especialista, también se asocia a una recuperación tras años de restricciones. En 2024, las importaciones fueron reducidas por la recesión, la devaluación y las dificultades de pago al exterior, por lo que el aumento actual sería, en parte, una “normalización” del comercio.
A pesar del crecimiento, Argentina sigue entre los países con menor nivel de importaciones en relación a su PBI, lo que evidencia que el volumen sigue siendo bajo en comparación internacional.
El verdadero desafío, advirtió Elizondo, es que las importaciones crecen a un ritmo mucho mayor que las exportaciones, lo que deja en evidencia la pérdida de competitividad y la necesidad de reforzar la capacidad exportadora para equilibrar la balanza comercial.