Tras la contundente derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich inició un notable giro en su estrategia política, buscando tender puentes con su antigua fuerza, el PRO, y con su ex jefe Mauricio Macri.
El movimiento busca recomponer la alianza opositora de cara a las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires.
El cambio de discurso tras la derrota electoral
En menos de una semana, Bullrich pasó de acusar a Macri de impulsar una «vendetta» contra Javier Milei a pedir abrir canales de diálogo con el PRO. Según análisis citados por Infobae, este viraje responde a los resultados del 7 de septiembre: mientras el peronismo perdió 500 mil votos, la suma de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza cayó en 2.5 millones de votos. La derrota obligó al gobierno a reestructurar su estrategia política.
La estrategia para Capital Federal
Bullrich, que encabeza la lista de senadores nacionales por CABA, necesita unificar al electorado no kirchnerista. Un dirigente de su entorno explicó que en la ciudad «hay un 30% que votó a Manuel Adorni, más el 15% que votó a Silvia Lospennato», totalizando un 45% del electorado actualmente dividido. A esto se suma «un 15% que no fue a votar», segmento que ahora buscan captar mediante una alianza visible entre LLA y PRO.
Las heridas políticas con Mauricio Macri
El acercamiento encuentra resistencia en el expresidente Macri, quien mantiene un marcado enojo con Bullrich. Según su entorno cercano, el conflicto no surge por su desafiliación del PRO, sino por las críticas públicas que realizó. En declaraciones a Viviana Canosa hace cinco meses, Macri fue contundente: «Ella nunca entendió la importancia de la gratitud y la lealtad; la única lealtad que ella tiene es con ella misma».
El pragmatismo por sobre las diferencias
Pese a las tensiones personales, el entorno de Bullrich adopta una postura pragmática. Un colaborador cercano sintetizó: «La política es un 20% amor, un 80% intereses. Los mimos sirven, el amor está bien, pero no existen las declaraciones de amor, sino que existen las pruebas de amor». Esta visión explica el esfuerzo por reconstruir puentes, considerando que a nadie le conviene que a Bullrich «no le vaya tan bien» en las elecciones.
Las señales de apertura en el oficialismo
El giro en la estrategia de Bullrich se alinea con la apertura que Javier Milei mostró hacia los gobernadores durante la presentación del Presupuesto 2026. La propia ministra explicitó este cambio en TN: «Voy en alianza con el PRO. ¿Cómo no voy a hablar con los que estamos compartiendo un acuerdo electoral?» El objetivo claro es «visibilizar» una alianza que consideran necesaria para proyectarse hacia 2027.
El acercamiento de Bullrich al PRO marca un reconocimiento tácito de los límites de la estrategia confrontativa dentro del espacio opositor. En un cálculo que mezcla pragmatismo electoral y proyección de poder, la ministra intenta sanar heridas políticas que parecían irreconciliables, comprendiendo que la unidad del espacio no oficialista resulta esencial para cualquier aspiración de gobierno en 2027. Información extraída del medio Infobae.