En la apertura de la cumbre de Provincias Unidas en Puerto Madryn, el exgobernador Juan Schiaretti lanzó una dura ofensiva contra el Gobierno nacional, asegurando que “el modelo de Milei es conseguir el equilibrio fiscal a los hachazos y con insensibilidad”.
Acompañado por el anfitrión, Ignacio Torres, quien instó a superar la grieta, Schiaretti defendió la industria nacional, criticó el “ajuste salvaje” en jubilaciones, salud y educación, y proyectó el surgimiento de una nueva coalición para competir con el oficialismo y un “kirchnerismo que se apaga como una llamita”. De acuerdo con ADNSUR.
La ciudad de Puerto Madryn se convirtió en el epicentro de un nuevo capítulo de la agenda federal con la cumbre de Provincias Unidas, que fue inaugurada por el exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el mandatario de Chubut, Ignacio «Nacho» Torres. Tras una recorrida por la planta de la productora de aluminio Aluar, los dirigentes brindaron una conferencia de prensa en la que delinearon su visión de país, en clara contraposición al rumbo fijado por la administración de Javier Milei.
El primer orador del encuentro fue Schiaretti, quien, tras la proyección de un video institucional, tomó la palabra para enfocarse en la defensa del aparato productivo del interior del país. Puso como ejemplo a la empresa Aluar y dirigió un fuerte reclamo a la política exterior. «Desde el interior de la patria reclamamos que se elimine ese arancel [de Estados Unidos] a Aluar porque es argentina, es del interior y porque es injusto ese sobrearancel», aseveró.
En esa línea, el candidato a diputado diferenció el modelo que representa de lo que denominó la especulación financiera. «El interior es producción y trabajo, no sabemos de timba financiera», sostuvo, marcando un perfil productivista para el espacio que integra.
«Un ajuste salvaje, insensible y a los hachazos»
El tramo más crítico de su discurso estuvo dedicado a analizar el plan económico del Gobierno. «El modelo de Milei es conseguir el equilibrio fiscal a los hachazos y con insensibilidad», sentenció Schiaretti. Acto seguido, enumeró lo que consideró ejemplos de esa falta de sensibilidad social: «Hay que ser insensible para reducir las jubilaciones, para reducir el presupuesto de la universidad pública, para quitarle los remedios a los jubilados y dejar sin recursos a la salud, y hay que ser insensible y además cruel para dejar sin recursos al Garrahan».
El exmandatario cordobés profundizó su cuestionamiento, afirmando que la responsabilidad sobre los sectores más vulnerables es indelegable. «Un discapacitado no es un problema de la familia; es un problema que debe resolver el Gobierno nacional», remarcó.
La crítica no solo fue social, sino también económica, al cuestionar los métodos para controlar la inflación. «Gobernar es crear trabajo, apoyar la producción, cuidar a la gente, y no se puede gobernar induciendo la recesión para ver si a los martillazos consigue un número más bajo de inflación», cuestionó.
El futuro político: una alternativa al kirchnerismo y a Milei
En el plano estrictamente político, Schiaretti se refirió al reordenamiento de fuerzas y al rol que aspira a ocupar Provincias Unidas en el futuro cercano. “Argentina, sin duda, va a generar nuevas coaliciones que expresen los pensamientos políticos y sociales de nuestra sociedad», proyectó.
Para el dirigente, el escenario se definirá entre dos polos. «Por un lado, Milei, que sin duda va a ser uno de los polos de una coalición, y por el otro lado no va a quedar como alternativa ese kirchnerismo que se va apagando como una llamita», vaticinó. En contraposición, aseguró que «va a surgir una nueva alternativa que pueda competir con Milei y que pueda expresar lo que el modelo de Milei no expresa”.
Como conclusión, Juan Schiaretti sintetizó las dos visiones de país que, a su entender, se disputan el futuro de la Argentina. Por un lado, «el ajuste salvaje, insensible, sin hablar de producción y trabajo». Por el otro, el modelo que su espacio político busca representar: «Aquellos que planteamos equilibrio fiscal con equilibrio social, producción, trabajo, federalismo, diálogo y gestión». La declaración final funcionó como un manifiesto de principios y una plataforma de lanzamiento para la construcción de esta nueva alternativa política con una fuerte impronta federal.