Marcelo Gallardo enfrenta uno de los momentos más críticos de su segunda etapa en River Plate. Tras la indigna derrota ante Riestra, el entrenador pidió disculpas públicas, pero los hinchas perdieron la paciencia y exigen resultados inmediatos.
El partido ante Racing por Copa Argentina se convirtió en una final para su continuidad.
Las disculpas que no alcanzan
En conferencia de prensa, Gallardo reconoció su responsabilidad: «Lo primero que hizo Gallardo en conferencia de prensa fue pedirle perdón a los hinchas». Según análisis de TyC Sports, el gesto responde no solo al 1-2 ante Riestra, sino también a la eliminación con Palmeiras y cuatro derrotas consecutivas. El problema es que, a más de un año de su regreso, River aún no recuperó su identidad característica.
Un ciclo con pocos puntos altos
Más allá de clasificar a semifinales de Libertadores 2024 tras vencer a Talleres y Colo-Colo, el balance es magro. Los únicos momentos brillantes fueron los dos superclásicos ganados a Boca, que terminaron costándole el cargo a Diego Martínez y Fernando Gago. Sin embargo, cada vez que River debió dar la talla en partidos clave, falló sistemáticamente, repitiendo un patrón que ya se veía con Demichelis.
Racing, el partido de la verdad
El encuentro ante Racing en Rosario por cuartos de final de Copa Argentina se transformó en una prueba decisiva. «Si pierde, el DT se quedará sin argumentos para prolongar este ciclo», señalan los analistas. Racing, actualmente el mejor equipo argentino en el plano internacional, representa el desafío ideal para medir si Gallardo puede hacer que su equipo dé la cara en una instancia decisiva.
Un recambio masivo y sin resultados
El plantel atraviesa una transformación radical: desde agosto de 2024 se fueron 14 futbolistas y llegaron 16 refuerzos. Gallardo definió esta etapa como un «equipo en construcción», pero las exigencias en River son otras. El presupuesto, los nombres del plantel y los salarios demandan un rendimiento muy superior al mostrado hasta ahora.
El factor elecciones y el capital histórico
En un año electoral, es «totalmente impensado que el oficialismo decida interrumpir el ciclo de Gallardo», incluso con más resultados adversos antes de los comicios del 1° de noviembre. El Muñeco cuenta con un capital histórico ganado: dos Copas Libertadores, una estadística histórica en superclásicos y una estatua en el Monumental que respaldan su gestión pasada.
Gallardo tiene la pelota bajo la suela, como en sus tiempos de jugador. Las disculpas ya fueron ofrecidas, pero en River solo importan las victorias. El partido ante Racing marcará el rumbo de lo que queda de ciclo: o revive la magia gallardista o confirma que esta versión del Muñeco ya no tiene respuestas para las demandas del club más exigente del país. Información extraída del medio TyC.