Créditos a familias muestran récord histórico y preocupan a bancos.
La morosidad en créditos a familias escaló al 5,7% en julio, el nivel más alto en 15 años, según informó La 17. Este dato refleja el deterioro del poder adquisitivo y el aumento de la dificultad para cumplir con pagos en un contexto de tasas altas y caída de ingresos reales.
Préstamos personales y tarjetas: los más afectados
El impacto más severo se registra en préstamos personales y tarjetas de crédito, donde la irregularidad se duplicó en apenas siete meses. Los préstamos personales pasaron del 3,28% en diciembre de 2024 al 7,19% en julio de 2025, mientras que las tarjetas treparon de 1,74% a 4,85%. Esto evidencia la creciente dificultad de las familias para financiar gastos corrientes mediante estas herramientas.
Otros créditos también muestran aumento
Además, los adelantos bancarios crecieron de 1,58% a 2,69%, y los créditos prendarios subieron de 1,92% a 2,75%, afectando tanto el consumo diario como la compra de bienes durables. La excepción fueron los créditos hipotecarios, que permanecieron bajos, con una irregularidad de 0,9%, levemente mejor que el 1% del mes anterior.
Perspectiva sectorial y análisis de expertos
La diputada Julia Strada, referente del Centro CEPA, señaló que “la irregularidad en los créditos al sector privado muestra una tendencia ascendente ininterrumpida desde hace siete meses, alcanzando niveles no vistos desde la pandemia de COVID-19”. Según la legisladora, la mora creciente afecta tanto al consumo familiar como a la actividad de las empresas.
En el sector privado en general, la morosidad pasó del 1,54% en diciembre de 2024 a 3,19% en julio de 2025. En las familias, el salto fue de 2,55% a 5,66%, un récord desde 2008, mientras que las empresas mostraron un aumento de 0,74% a 1,18%.
Causas y consecuencias para la economía
El aumento de la mora se explica por la combinación de tasas de interés elevadas, caída del poder adquisitivo y restricciones al crédito. Esta dinámica dificulta refinanciar deudas y aumenta la carga mensual de pagos, tensionando al sistema bancario y limitando el acceso a nuevos préstamos.
Especialistas advierten que la morosidad funciona como un termómetro de la economía real. El récord en 15 años refleja no solo la situación financiera de las familias, sino también la contracción del consumo interno, lo que podría agravar la recesión en distintos sectores vinculados al mercado doméstico.