Por primera vez desde 2010, River Plate acumula cuatro derrotas consecutivas, reviviendo un fantasma que hasta ahora parecía superado.
Mientras Marcelo Gallardo enfrenta su peor racha como técnico millonario, la comparación con aquel equipo de Leonardo Astrada que terminó descendiendo genera inevitablemente alertas en Núñez.
La última racha negativa hace 15 años
En 2010, bajo el mando de Leonardo Astrada, River vivió una situación similar que marcó el principio del fin. Según registros de TyC Sports, aquel equipo acumuló cuatro caídas consecutivas en el Torneo Clausura: 2-0 ante Boca en la Bombonera, 1-0 contra Argentinos Juniors, 1-0 frente a Lanús y 1-0 ante Newell’s. Esta racha negativa culminó con la destitución de Astrada y el posterior descenso a la Primera B Nacional.
Los equipos que protagonizaron aquella crisis
El equipo de 2010 presentaba formaciones con Daniel Vega en el arco, defensores como Paulo Ferrari, Alexis Ferrero y Gustavo Cabral, y mediocampistas entre los que destacaba un Marcelo Gallardo todavía como jugador. Delantera con Gustavo Canales y un joven Rogelio Funes Mori. Aquel plantel, a diferencia del actual, ya arrastraba graves problemas institucionales y deportivos de temporadas anteriores.
Las diferencias contextuales fundamentales
Aunque las estadísticas muestran similitudes, los contextos son diametralmente opuestos. El River de 2010 venía de un último puesto en el Apertura 2008 con Simeone y un flojo paso de Gorosito en 2009, luchando por mejorar el promedio para evitar el descenso. El equipo actual, en cambio, viene de ser protagonista en la Libertadores y mantiene un plantel muy superior en calidad y presupuesto.
La seguidilla actual de Gallardo
La racha negativa actual incluye el 1-2 con Palmeiras en el Monumental, el 1-2 ante Atlético Tucumán con suplentes, el durísimo 1-3 en la revancha con Palmeiras en Brasil y el 1-2 de este domingo frente a Riestra. Si bien son resultados preocupantes, se dan en un marco completamente diferente al de 2010, sin riesgo deportivo inmediato.
El desenlace del ciclo Astrada
Tras la cuarta derrota consecutiva en 2010, River empató 0-0 ante Atlético Tucumán y Daniel Passarella decidió interrumpir el ciclo de Astrada. En su lugar llegó Ángel Cappa, pero el daño ya estaba hecho: el equipo no pudo evitar la Promoción y posterior descenso a la B Nacional, el episodio más traumático de la historia riverplatense.
Las consecuencias institucionales
Mientras en 2010 la crisis deportiva reflejaba una profunda debilidad institucional que terminó en catástrofe, el River de hoy cuenta con una estructura sólida y un historial de éxitos recientes que amortiguan el impacto de esta mala racha. La dirigencia actual mantiene su apoyo a Gallardo, reconociendo los logros obtenidos en su primera etapa.
El factor anímico y la presión
Lo que sí comparten ambos momentos es la presión mediática y la exigencia de una hinchada acostumbrada a ganar. En 2010, el equipo jugaba con el miedo del descenso en el cuerpo; hoy, la frustración por la eliminación en Libertadores y los malos resultados locales genera una pesada losa anímica que Gallardo debe gestionar.
Aunque las cuatro derrotas consecutivas activan alarmas por el paralelismo estadístico con 2010, las diferencias entre ambos contextos son abismales. Mientras aquel River caminaba hacia el abismo institucional y deportivo, el actual atraviesa una crisis de rendimiento dentro de un proyecto sólido y exitoso. La capacidad de Gallardo para revertir esta situación definirá no solo el cierre de temporada, sino también su capacidad para liderar la reconstrucción del equipo. Información extraída del medio TyC.