El uso de stablecoins en Argentina alcanzó un récord: más del 61% de las transacciones cripto se realizan con este tipo de activos digitales, cifra que supera ampliamente el promedio global.
La tendencia refleja cómo la dolarización digital se convirtió en una alternativa frente a la inflación, la devaluación y las restricciones cambiarias.
Las stablecoins —monedas digitales con paridad 1:1 frente a divisas como el dólar o el euro— se consolidaron como una vía de resguardo para millones de argentinos. Según Ámbito, su adopción se aceleró en los últimos años por la necesidad de preservar el poder adquisitivo y acceder a divisas sin pasar por el cepo.
Además de ser un refugio de valor, estas monedas se usan para pagos internacionales, compras cotidianas y operaciones de pequeños comercios, freelancers y pymes que buscan liquidez sin depender del sistema bancario tradicional.
Argentina, líder regional en cripto
De acuerdo con datos de Chainalysis, América Latina recibió más de 415 mil millones de dólares en criptoactivos en 2024, y Argentina concentró 91 mil millones de esa suma. El 61,8% de las operaciones en el país fueron en stablecoins, muy por encima del promedio global (44,7%) e incluso superando a Brasil.
Este fenómeno responde a un escenario local marcado por una inflación que llegó a superar el 200% y la fuerte devaluación del peso, factores que empujaron a usuarios y empresas hacia alternativas digitales.
Una herramienta de inclusión financiera
El atractivo de las stablecoins no se limita al ahorro. Empresas exportadoras y profesionales independientes las usan para cobrar en divisas y evitar altos costos de intermediación. Incluso existen productos financieros innovadores como tarjetas de débito cripto o plataformas de pago híbridas que integran el dinero digital con el fiat.
Casos como la alianza con MoneyGram, que permite transformar saldos digitales en efectivo inmediato en más de 180 países, muestran cómo este activo se integra cada vez más a la vida cotidiana.
Proyección a futuro
Expertos como Sebastián Siseles, CEO de Vesseo, destacan que estas monedas ya no son exclusivas de grandes inversores: jubilados, estudiantes y pequeños comercios también las adoptan para ganar estabilidad y explorar nuevas formas de inversión.
Sin embargo, el crecimiento plantea un desafío clave: avanzar hacia una regulación clara que brinde seguridad a los usuarios, fomente la innovación y asegure la transparencia en este mercado en expansión.
Las stablecoins se consolidan como un refugio frente a la volatilidad económica y un motor para la inclusión financiera en Argentina. Con su creciente adopción, el país se posiciona como uno de los líderes regionales en la dolarización digital.