El Ministerio de Economía inició las negociaciones para concretar la operación financiera denominada “Deuda por Educación”, una estrategia que busca reducir el costo del endeudamiento argentino y redirigir los recursos obtenidos hacia la inversión educativa.
Según el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, la iniciativa apunta a recomprar bonos soberanos argentinos en el mercado internacional y sustituirlos por financiamiento a tasas más bajas, con el objetivo de optimizar el perfil crediticio del país.
El funcionario destacó que el programa cuenta con el respaldo de agencias y organismos multilaterales, lo que permitirá una gestión más eficiente de los pasivos nacionales. La medida fue diseñada para equilibrar las cuentas públicas y, al mismo tiempo, invertir los ahorros obtenidos en educación, consolidando un modelo de desarrollo con enfoque social.
Participación de JP Morgan en la operación
El banco estadounidense JP Morgan fue designado como entidad asesora en la operación, brindando asistencia técnica y financiera durante el proceso de recompra.
De acuerdo con Quirno, la decisión responde a la necesidad de reducir los costos de financiamiento y aprovechar las condiciones del mercado para reducir la deuda argentina, sin comprometer los recursos destinados a políticas sociales.
Deuda por Educación: inversión en futuro
El secretario subrayó que los fondos liberados por la recompra se orientarán a fortalecer la inversión educativa de largo plazo, reafirmando el compromiso del Gobierno con el desarrollo del capital humano.
“La educación es una prioridad estratégica. Cada peso que logremos ahorrar será reinvertido en infraestructura escolar, capacitación docente y tecnología educativa”, afirmó Quirno.
Según el medio El Chubut, esta operación representa un paso relevante en la estrategia de finanzas sostenibles impulsada por el Gobierno Nacional, al vincular el manejo responsable de la deuda con políticas públicas de alto impacto social.
Una apuesta por el desarrollo del país
La operación “Deuda por Educación” busca conjugar la estabilidad macroeconómica con la inversión social, apostando a que una Argentina financieramente más sólida pueda garantizar mejores oportunidades educativas para las próximas generaciones.