Científicos y empresarios argentinos están a punto de lograr un hito gastronómico-industrial. Investigadores del CONICET, junto a la empresa Cultivo Ostras SAS, han desarrollado un proyecto piloto para producir la primera salsa de ostras nacional.
El producto se elabora a partir de la ostra del Pacífico (Magallana gigas), una especie invasora que afecta los ecosistemas costeros del sur de la provincia de Buenos Aires. Según la información publicada por el CONICET, el desarrollo ya alcanza un 90% de ejecución y avanza hacia su habilitación industrial.
De problema ambiental a oportunidad productiva
El proyecto, liderado por el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO), nació con el objetivo de transformar una problemática ecológica en una solución sustentable. La ostra del Pacífico, introducida en la década del 80, se expandió por la costa bonaerense, afectando playas turísticas y reservas naturales. “El desafío fue transformar una problemática ambiental en una oportunidad productiva”, explicó la directora del IADO, Sandra Botté. La iniciativa no solo busca controlar la especie invasora, sino también agregar valor a un recurso subutilizado, generando una nueva línea de producción regional.
Ciencia interdisciplinaria al servicio de la industria
El desarrollo es fruto de una colaboración interinstitucional que incluyó al IADO, la Planta Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI) y el Instituto de Ciencias Biológicas y Biomédicas del Sur (INBIOSUR). Con financiamiento del Fondo de Innovación Tecnológica de Buenos Aires (FITBA), el equipo trabajó en la estandarización de todo el proceso: desde el acondicionamiento de la carne del molusco hasta la formulación y estabilización de la salsa. Actualmente, el proyecto se encuentra en su etapa final, que incluye análisis nutricionales, pruebas de vida útil y validaciones oficiales necesarias para su lanzamiento al mercado.
Un impacto regional con alcance nacional
Para la empresa Cultivo Ostras SAS, este avance representa un salto cualitativo. “Estamos muy cerca de concretar la primera producción nacional de salsa de ostras, un hito para nuestro sector”, destacó Juan Urizar, representante de la firma. El éxito del proyecto promete múltiples beneficios: control de una especie invasora, creación de empleo local, capacitación técnica y el reemplazo de un producto que actualmente se importa. Además, sienta las bases para futuros desarrollos biotecnológicos a partir de recursos marinos, consolidando un modelo de desarrollo territorial basado en la ciencia y la producción sustentable. Información extraída del medio El Diario.




