“El litio es la próxima Vaca Muerta, pero hay que saber esperar”, lanzó Ignacio Costa, gerente general de Rio Tinto Lithium en Argentina, frente a un auditorio repleto en Catamarca. La frase resonó fuerte entre empresarios, funcionarios y analistas del sector minero.
Con tono firme y sin promesas exageradas, Costa repasó los proyectos que la minera angloaustraliana despliega en el NOA. Catamarca, Salta y Jujuy concentran los focos de una inversión que supera los US$3.500 millones. De acuerdo con LA17.
En Catamarca, avanzan en dos frentes al mismo tiempo. Este año culminan la expansión del histórico proyecto Fénix, que elevará su capacidad a 40.000 toneladas, y finalizan Sal de Vida, que aportará 15.000 toneladas más. “Fénix es un orgullo: hace 30 años aplicamos una tecnología propia que fue pionera a nivel mundial”, subrayó Costa.
En paralelo, presentaron un segundo RIGI por u$s818 millones para Sal de Vida. “El RIGI es vital para sostener la inversión. Necesitamos condiciones estables, no solo fiscales, sino también jurídicas”, remarcó.
En Salta, el megaproyecto Rincón ya está en obra. La inversión prevista ronda los u$s2.724 millones y apunta a una capacidad de 50.000 toneladas. “Fue el primer proyecto minero en ingresar al RIGI y eso abrió el juego para toda la industria”, celebró el ejecutivo. También operan la planta de Güemes, con 9.000 toneladas de cloruro de litio al año.
Jujuy completa el mapa. Allí, Rio Tinto gestiona Olaroz, cuya segunda planta (Olaroz II) se inauguró en 2023. Tienen además el proyecto Cauchari, aunque todavía espera habilitación regulatoria para ingresar al RIGI.
Pero no todo fluye. Una medida cautelar de la Corte de Catamarca frenó la entrega de nuevos permisos en el Salar del Hombre Muerto. “El estudio de cuenca ya está hecho junto al CFI. Esperamos que se levante pronto”, dijo Costa con tono de expectativa.
A eso se suma un freno de mercado. Los precios internacionales del litio no dan señales de suba en el corto plazo. Para Costa, eso obliga a bajar costos y reforzar la eficiencia: “Los precios altos generaron expectativas insanas. Hoy es mejor una curva moderada que nos deje planificar”.
Más allá de los números, el mensaje más potente fue sobre la licencia social. “El principal motivo por el que la gente avala cada vez más a la minería es el trabajo”, afirmó. Enumeró obras, empleo local y programas de infraestructura como ejemplos del vínculo con las comunidades.
La visión de Rio Tinto apuesta a largo plazo. Con tres RIGI en carpeta y obras en marcha, buscan sostener la marcha sin euforia. El litio, insisten, no es una fiebre: es un proceso que necesita tiempo y reglas que no cambien.