El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, encendió las alarmas internacionales al acusar públicamente a China de utilizar a Venezuela como un punto estratégico para eludir los controles fronterizos y saturar el mercado estadounidense con fentanilo, un potente opioide sintético.
En una comparecencia desde la Casa Blanca, el mandatario anticipó una escalada en la ofensiva antidrogas, sugiriendo una «nueva fase» que, tras el éxito en la interdicción marítima, pondrá el foco en operativos terrestres. Las declaraciones, que apuntan directamente a dos naciones con las que Washington mantiene tensas relaciones, prometen redefinir la estrategia de seguridad regional y ya generan preocupación por sus implicancias en la soberanía de terceros países.
La Acusación Directa: Fentanilo y Ejes Geopolíticos
Segun R3 ,Trump sostuvo con firmeza que la estrategia china para el tráfico de drogas está centrada en evitar los puertos de EEUU y México, utilizando a Venezuela como un eslabón fundamental en la cadena de distribución del fentanilo. «China está traficando fentanilo a través de Venezuela para evitar los puertos de EEUU y México. China hace 100.000 millones de dólares traficando fentanilo hacia nuestro país.
Hablaré de esto con Xi”, afirmó el presidente, haciendo referencia al presidente chino, Xi Jinping. La magnitud del negocio ilícito, cifrada en miles de millones de dólares, subraya la seriedad de la denuncia y la necesidad de una respuesta contundente, según el gobierno estadounidense.
Del Mar a la Tierra: La Nueva Fase de la Guerra Antidrogas
El presidente Trump celebró los resultados de la campaña naval en el Caribe y el Pacífico, que, según su relato, ha logrado reducir «drásticamente» el uso de rutas marítimas a través de la destrucción de narcolanchas, incluso mediante «ataques cinéticos». No obstante, advirtió que el éxito en el mar ha provocado un desplazamiento de las rutas hacia el interior del continente. “Hay muy pocos botes operando ya, ahora vienen por tierra”, aseguró.
Este cambio de dinámica es el que justifica, según Trump, la inminente transición a una ofensiva terrestre. Aunque no especificó los detalles, adelantó que consultará al Congreso para informarles sobre los planes de intervención en tierra.
El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, reforzó la postura con una advertencia de tono militar dirigida a los cárteles. «Nuestro mensaje a estas organizaciones terroristas extranjeras es: los trataremos como tratamos a Al Qaeda. Te encontraremos. Mapearemos tus redes. Te cazaremos y te mataremos”, declaró, equiparando la lucha contra el narcotráfico a la de las organizaciones terroristas globales.
Las autoridades estadounidenses afirmaron haber detenido a más de 120.000 presuntos criminales desde enero, incluyendo a integrantes de grupos como MS 13, Nueva Generación y el Tren de Aragua.
Soberanía y Legalidad: La Inquietud Regional
Las declaraciones de la Casa Blanca han desatado una ola de preocupación diplomática y legal en la región. La posibilidad de que operaciones militares o policiales se realicen en o cerca de las aguas y territorios de terceros países plantea serios interrogantes sobre la soberanía regional y la legalidad internacional.
Críticos y líderes de distintos países han manifestado previamente su repudio a algunos de los operativos navales de EEUU, calificándolos de posibles ejecuciones extrajudiciales y una fuente de desestabilización. El anuncio de una intervención terrestre, sin un claro marco de cooperación multilateral o legalidad internacional, abre un complejo debate sobre el equilibrio entre la necesidad de combatir el narcotráfico y el respeto a la soberanía de los estados.
El desafío de la administración Trump pasa por encontrar una combinación efectiva de herramientas militares, policiales y diplomáticas que permitan enfrentar al tráfico de fentanilo sin socavar la ley internacional ni intensificar las tensiones con los gobiernos vecinos, en particular con Venezuela y China.




